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Un mar de dudas: ¿Se puede poner un barco en el balcón? ¿Quién lo autoriza? ¿Es peligroso?

La embarcación en la terraza de un tercer piso en Es Castell ha suscitado muchas preguntas que hemos trasladado a un administrador de fincas

Imagen de la lancha en la terraza del tercer piso, en Es Castell. | Gemma Andreu

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Son muchas las dudas que han surgido tras la decisión de un vecino de Es Castell de dejar hibernar un barco en la terraza de su casa, en un tercer piso. ¿Es legal? ¿Es peligroso? ¿Debe intervenir el Ayuntamiento? ¿Requiere permiso de la comunidad de vecinos? ¿Afea la fachada? ¿Hay seguro que cubra un posible incidente?…

Son preguntas que no tienen una respuesta clara, debido a la peculiaridad de la situación. Lo que se sabe, de momento, es lo que ha dicho el Ayuntamiento: «Las ordenanzas municipales no especifican nada en este sentido», aunque el Consistorio ya ha ordenado a los técnicos a analizar la situación por si hay peligrosidad y no se descarta, en el caso de que la hubiera, ordenar su retirada.

La situación es compleja, básicamente porque se trata de una comunidad de pisos y el barco está a una altura considerable. Si la embarcación estuvieran en una terraza en planta baja de una vivienda unifamiliar no habría debate.

«Lo primero que haría yo si fuera el gestor de la comunidad es analizar si hay peligro», comenta el abogado y administrador de fincas de Maó, Miquel Quetglas. En este sentido, apunta que lo que se tiene que saber, y eso lo puede determinar el arquitecto del edificio, es qué peso puede aguantar esta terraza y contraponerlo a lo que pesa la embarcación.

Otra cuestión importante es si tiene permiso de la comunidad de vecinos. En muchos bloques de pisos las terrazas (se desconoce si en este caso es así) son espacios comunitarios de uso privativo, por lo que cualquier actuación importante requiere la autorización del resto de propietarios. Es más, también juega la estética, ya que aunque fuera de propiedad privativa, se puede considerar que es un elemento que afea o como mínimo altera la fachada y, por tanto, también se puede interpretar que hace falta el permiso de la Comunidad, explica Quetglas.

Por último, y relacionado con el primer punto de la peligrosidad, está el tema del seguro. Los bloques de pisos tienen una póliza para cubrir posibles incidentes relacionados con el edificio. Y la duda está en si pasa algo, existe un seguro que lo cubra. Y en caso de que no, a quién se le pediría la responsabilidad, en primer lugar, a la comunidad o al propietario. Y es que poner un barco en un balcón es todo un mar de dudas.

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