Nina y su hija Ira llevan viviendo en la Isla casi diez meses. Cuentan que forman una familia «muy creativa», aunque reconocen que la guerra lo ha cambiado todo. Nina revela que su marido, a quien define como «un maestro del género místico, un ilusionista, un mago», lleva sirviendo en las Fuerzas Armadas de Ucrania desde que estalló el conflicto.
Ella es artista y coach de mujeres en paro. Su hija, Ira, una apasionada de la música que incluso aquí sigue sus clases de flauta y piano online. «Cada noche me duermo pensando que estoy un día más cerca de regresar a Ucrania», confiesa Nina.