Ya lo viene advirtiendo estos últimos años el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés): en España, la oferta de mano de obra disponible es incapaz de satisfacer la demanda requerida en el sector de viajes y turismo. Una realidad que se intensifica aún más en Menorca por la falta de vivienda y los alquileres disparatados, que ahuyentan a los trabajadores de temporada procedentes de la Península o del extranjero a incorporarse al mercado de la hostelería y la restauración insular.
Esto se traduce en plantillas que no están cubiertas al cien por cien y en una escasez de empleados que está en el punto de mira de los sindicatos, que denuncian cargas de trabajo demasiado altas, especialmente, en los mercados de la hostelería y la restauración. «En los últimos años se ha detectado un incremento de las cargas de trabajo, pero el año pasado fue excesivo», apunta Antonio Soria, secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en Menorca. Unas cargas de trabajo que impiden la conciliación y que no siempre van acompañadas de una subida salarial.
Ante la escasez de personal por el problema de la vivienda y la llegada masiva de turistas durante la temporada estival, algunos empresarios recurren a prácticas irregulares. «Algunas empresas facilitan la vivienda a los trabajadores a cambio de trabajo ilegal», asegura Soria. Con esto se refiere a que algunas empresas ponen a disposición de los posibles empleados alojamiento a cambio de más horas de trabajo sin que esto conste en el contrato. Una realidad que los sindicatos ya han detectado en Menorca y que, en los últimos años, se ha intensificado.
Más carga de trabajo, horas extras sin compensación, menos días libres de los que corresponden y abusos en la contratación; una problemática que se acentúa en hoteles, bares, restaurantes y cafeterías que dependen de personal foráneo que no consigue dónde vivir en la Isla.