El estado de la playa de Macarella, con abundante posidonia que no invita al baño, hace que muchos de los turistas que van a diario a una de las playas más emblemáticas de Menorca acaben, o estén más tiempo, en Macarelleta.
Este hecho provoca que la pequeña cala ya de por sí masificada por ser uno de los emblemas turísticos de la Isla, se llene todavía más de bañistas, con el impacto que esto provoca sobre esta playa virgen.
Un ejemplo de este impacto se aprecia con las imágenes adjuntas, captadas hace unos días, con las que se puede ver a numerosos bañistas encima de las dunas de la parte trasera de la playa. Las dunas están protegidas con vallas y paravientos, con el objetivo de garantizar su conservación y rehabilitación. Está prohibido acceder en esta zona y menos aún instalarse allí con toallas para tomar el sol, tal y como lo advierten los carteles informativos instalados en la zona. Pese a ello, debido a la falta de espacio, son muchos los que lo incumplen.
Según el estudio que realizada cada año el Consell sobre el uso público de las playas, Macarelleta es una de las más masificadas. El año pasado solo fue superada por Cala Mitjana. Según este estudio la capacidad de carga de Macarelleta es de 90 personas, a razón de 10 metros cuadrados de arena por bañista, que es la medida que establecen los técnicos para las playas vírgenes. En 2022 se llegaron a contabilizar en un mismo momento 387 personas en los 900 metros cuadrados de arena que hay en Macarelleta, es decir, un 430 por ciento más de lo recomendado. Ello supone que cada bañista disponía solo de un espacio de 2,3 metros cuadrado.