Después de vivir un mes de julio cargadísimo con tres pruebas en apenas quince días (medalla de oro en A Coruña y cuarto lugar tanto en Montreal como en Swansea), el paratriatleta Nil Riudavets (Maó, 1996) aprovecha este pequeño parón para desconectar y recargar pilas.
Además, es uno de los protagonistas del XV Foro Menorca Illa del Rei. El próximo jueves ofrecerá una ponencia en la que expondrá su impecable trayectoria y sus vivencias relativas al aprovechamiento del talento y las capacidades, el tema central de esta edición.
Nil Riudavets sobrevivió a un accidente muy grave en mayo de 2019 durante una prueba de triatlón, el cual le dejó con movilidad reducida en el brazo derecho. Nil se rehizo para volver a disfrutar de lo que más le gusta: el deporte.
¿En qué momento personal y profesional se encuentra?
—Me siento muy contento. Llevo tres años trabajando de enfermero en el Área de Salud de Menorca, algo que después del accidente pensaba que no podía volver a hacer. Ahora lo estoy desarrollando de otra manera, por lo que estoy muy satisfecho.
A nivel deportivo estoy en un momento muy bueno. Me estoy encontrando de nuevo a nivel competitivo, consiguiendo muy buenos resultados a nivel internacional. Más o menos me estoy consolidando entre los cinco mejores de la categoría, algo muy gratificante.
¿Cómo va la carrera para los Juegos Olímpicos de París 2024?
—De momento voy muy bien. Estoy segundo en el ránking paralímpico, pero es cierto que hay rivales que todavía no tienen las tres pruebas puntuadas (para constituir el ranking y los puntos obtenidos se realiza un baremo con los tres mejores resultados de cada atleta) y yo sí. Pero estoy ahí, luchando. Creo que ya tengo buenos puntos que me servirán de cara a ir. De momento es un segundo lugar virtual y el corte está en la novena posición.
Ahora toca entrenar fuerte de cara al Mundial de Pontevedra el 23 de septiembre. Lo intentaremos luchar porque ahí se reparten muchos puntos, ya que se dan más que en el resto de pruebas. El resultado que tenga allí será muy importante de cara a asegurar algo más la plaza para París.
Con tanta competición de por medio, ¿cómo surgió la oportunidad de participar en el Foro Illa del Rei?
—Me hizo mucha ilusión que la organización pensase en mí para participar en este foro, del que creo que saldré muy enriquecido, ya que podré compartir ponencias con personajes tan importantes y con tanto talento como son Tatiana Cajuso, Javier Puig y Olivia Delcán.
Los cuatro venimos de sectores muy diferentes, pero todos tenemos una cosa en común: el esfuerzo y las ganas de mejorar, cada uno en su faceta, que es lo más importante.
Como menorquines, el poder compartir nuestra experiencia en un sitio como la Illa del Rei y con toda la gente que vendrá a disfrutar de este foro con nosotros, pues será algo muy interesante, una experiencia que vale la pena vivir.
Ya tiene experiencia dando este tipo de conferencias, pero en su momento usted dijo que necesitó «un año y medio» para volver a ilusionarse «con la vida y el deporte». ¿Cómo valora ese periodo de su vida?
—El accidente fue algo muy mediático por tratarse de una persona medianamente conocida en el deporte menorquín y nacional... Se generó una exposición muy grande de la cual no quería formar parte porque no me sentía preparado. Quería refugiarme en mi familia, mis amigos y mi pareja para hacerme fuerte. Al fin y al cabo, tenía que aceptar una situación muy complicada.
Cuando ya me sentí preparado, pensé que compartir mi experiencia podría ayudar a mucha gente que pasa por momentos complicados: gente con una lesión permanente como la mía, con una situación familiar difícil… Creo que muchas personas se pueden ver reflejadas en mí y he visto que les iba muy bien a aquellas que me escuchaban.
¿Quién era Nil antes del accidente y quién es después del mismo?
—Antes del accidente, Nil era una persona muy alegre con muchas ganas de vivir y con muchas inquietudes y seguridad en sí mismo.
Nil, después del accidente y de un período muy largo que es importante remarcar, era una persona muy perdida, que no tenía ninguna ambición, no tenía ganas de levantarse para afrontar el día… pero acabó volviendo a ser el Nil de antes del accidente y con una mirada mucho más humilde y con muchas más ganas de ayudar a la gente que realmente lo necesita.
Tras verse obligado a dejar el triatlón convencional y pasar por un largo proceso de readaptación, ¿qué considera que le ha dado el paratriatlón?
—Conocer a mucha gente que ha pasado por situaciones muy complicadas. El hecho de poder conocer de primera mano todas estas situaciones, te ayuda a relativizar mucho la tuya en el sentido de compartir experiencias y ver que hay más personas con discapacidad que también compiten en paratriatlón. Te da una visión mucho más amplia.
Sí que es verdad que aquí en Menorca siempre tendremos el problema de que al ser un sitio muy pequeño y no verlo tanto en el día a día, pues no lo tenemos tan normalizado. La realidad es que hay muchísimas personas que tienen una discapacidad o han pasado por una situación muy complicada de su vida y siguen mirándola a los ojos.
Aparte de París 2024, también está preparando los Juegos Paralímpicos de Invierno de Milán - Cortina 2026.
—Sí. Fue una oportunidad que se dio gracias a Álex Sánchez Palomero, que es un paratriatleta muy amigo mío, y a través de la Federación Vasca de Deporte Adaptado y la de Federación Vasca de Deporte de Invierno, que tenían este proyecto en mente de hacer un equipo paralímpico de esquí de fondo.
El propio Álex, dos vascos más y yo nos estamos preparando de cara a Milán – Cortina d'Ampezzo. Al ser esquí de fondo, es un deporte muy aeróbico, por lo que nuestro cuerpo y nuestro corazón están entrenados y solo tenemos que aprender la técnica. Lo intentaremos. La verdad es que sería muy gracioso que un menorquín acabe yendo a los Juegos de Invierno.
Al final, yo con mis padres, mi hermana, mis tíos y mis primos solíamos ir a Andorra a esquiar. Pero era esquí alpino, no de fondo. Es un poco diferente, pero el contacto con la nieve lo tengo desde muy pequeño. La suerte de haber podido esquiar muchos años te da muchas más facilidades.
¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?
—Intentar conseguir el máximo de puntos posibles para ir a París, aprender a hacer bien esquí de fondo y hacer muchas cosas que me hagan feliz.
Al final, yo creo que ese tiene que ser el reto de cualquier persona: levantarse con ganas de hacer cosas que te aporten felicidad.