Las pasadas Navidades saltó la polémica y doce meses después sigue sin solución. Los mataderos de la Isla continúan sin ser aptos para el sacrificio de pavos, por lo que los criadores han optado por la vía más directa: no engordar aves y dejar a su clientela sin este plato típico navideño, por lo menos, made in Menorca.
El pavo que se consuma las próximas fiestas en Menorca será forzosamente procedente de la Península —de comunidades como Catalunya—, a no ser que se trate de ejemplares vendidos de forma clandestina. Y es que, tras la «mala experiencia» del año pasado, los dos principales criadores y otros más pequeños tomaron la decisión, por allá en junio, de no comenzar con el engorde de los pavos, una vez comprobado que seguiría siendo imposible sacrificarlos en el matadero.
«Estamos tristes, porque era una tradición, pero no podemos jugarnos el comer», reconocen desde el sector. «Los clientes están descontentos, pero no podemos poner en riesgo a la familia» y hacer una inversión para luego encontrarse con decenas de pavos sin posibilidad de comercialización.
De Catalunya
Las carnicerías y supermercados de la Isla se ven obligados a proveerse de pavo a través de productores y distribuidores, especialmente de Catalunya.
Desde Embutidos Raima, Francesc Moll reconoce que «el resto del año apenas se vende, es complicado resolver el tema del matadero». Así, y ante la opción de importarlo, expone que «los clientes siempre prefieren el de aquí», hasta el punto que «se echan atrás y optan por otro producto, como el capón», antes que comprar el foráneo.
En otras carnicerías, como las de Es Murtaret, de Allorens Supermercats, Joan Moll habla en términos similares, lamentando no poder proporcionar pavo local a la clientela y tener que recurrir a otros proveedores, «lo traemos de Cataluña» y, aunque «no se vende mucho, tiene una salida» que siente no poder satisfacer.
El apunte
La dificultad de mejorar el matadero por un producto que sale un día al año
Los criadores llamaron a la puerta del Consell para intentar dar salida a la venta de pavos. Tras las elecciones de mayo, retomaron conversaciones con el nuevo gobierno insular y la consellera Maria Antònia Taltavull, pero pronto observaron que, por ahora, la solución es compleja.
De hecho, afirman desde el sector que «entendemos que es difícil hacer una inversión en el matadero para sacrificar pavos, cuando es un producto que se vende un día al año». Porque «el resto del año, del pavo solo tiene demanda la pechuga». Por todo ello, «tampoco exigimos que se hagan inversiones», por otro lado, porque también podría suponer un encarecimiento de tarifas del matadero.