Cuando uno sale del Teatre Principal de Maó tiene frente a sí una fachada imponente, con altos ventanales y aire de señorio. En el catálogo de patrimonio municipal aparece como «Casa Morales-La Cierva», el nombre de la familia que la mandó construir, que obtuvo su riqueza en el sector textil. Vacía desde hace ya varios años, el inmueble está siendo reformado y habilitado para abrir en junio como galería de arte, con lo que se sumará a la lista de edificios señoriales de la ciudad que se dedican a esta actividad. Destaca por la altura de sus estancia y unos ornamentos exteriores que respiran burguesía de comienzos del siglo pasado.
El promotor es el galerista parisino Christian Bourdais, que cuenta con un espacio dedicado al arte en Madrid con el nombre Albarrán Bourdais. Un anticipo de este proyecto se produjo en el verano de 2021, cuando en el mismo espacio se exhibió una muestra de Christian Boltanski, fallecido poco antes. «Tuvo muchísimo éxito», asegura el galerista.
Ahora se está acondicionando la casa para convertirla en una galería con vocación de permanencia y que de entrada abrirá el verano de 2024, hasta octubre, para luego analizar cuál es el mejor calendario de trabajo, cuántos meses al año abrir, comenta Bourdais.
La casa se dividió en dos con motivo de su traspaso generacional a los hijos de quien promovió su construcción. Así sigue y así continuará porque, según Bourdais, no se puede reunificar. Una de las dos dependencias se está adaptando como su vivienda y la otra, la más cercana a la calle Sant Jordi, será una galería de planta baja más dos pisos. Explica que está en buen estado estructural a pesar del tiempo de desuso, pero que hay trabajo por hacer. La licencia se concedió en marzo tras una larga tramitación. La parte de la galería tiene una superficie útil de unos 270 metros cuadrados y la inversión prevista en la reforma, según la licencia de obra, ronda los 300.000 euros.
Bourdais destaca el valor de la casa, «los espacios interiores son maravillas, increíbles, está bien conservada y queremos preservar su esencia». También pone el acento en el entorno, en una calle como la Costa Deià «donde están apareciendo muchos nuevos conceptos», y frente al Teatre Principal, inmueble de indudable encanto, tradición y trajín de personas con inquietudes culturales. Con este recinto la casa guarda una relación inevitable, no en vano la conocida Rosita, empleada durante mucho tiempo del Principal, residió en una de las dos partes del edificio tras heredarla de su propietario.
«La Isla es una maravilla para el arte»
Christian Bourdais afirma que «Menorca está en un momento muy interesante» en cuanto al arte y las galerías. Admite la importancia, el punto de inflexión sobre todo a nivel internacional, que supuso la apertura de Hauser & Wirth, «sin ellos no sería lo mismo», pero también resalta la magnitud del trabajo que realiza Cayón y la calidad de sus exposiciones en otro edificio emblemático reformado. Las razones de este auge, de este buen momento del arte en la Isla, residen para el galerista parisino en que «el mundo del arte es de coleccionistas que tienen poder adquisitivo, pero donde trabajan, como en Madrid, igual no disponen de tiempo. Hay que ir donde estos coleccionistas tienen tiempo para dedicarlo al arte». Bourdais asegura que Menorca «para esto es una maravilla, con un estilo discreto, calmado, del a poc a poc, muy buen ambiente para el arte». La galería abrirá en junio con una exposición del suizo Felice Varini,«que pinta sobre la arquitectura, aprovecha bien la arquitectura de la casa».
El apunte
Una eclosión de galerías en los últimos años
En Maó hay ahora mismo una decena de galerías de arte. Una buena parte de ellas han abierto en los últimos años, coincidiendo con el impuso otorgado por la inauguración de la prestigiosa Hauser &Wirth en 2021, que junto con Cayón son espacios de referencia. Con la galeria Albarrán Bourdais coinciden en el hecho de aprovechar edificios con tradición y encanto por sí mismos.