El 30 de enero es la fecha que ha fijado Ports de les Illes Balears para dar por concluida la magna obra que ha remodelado el puerto de Fornells y sus infraestructuras después de dos modificaciones del contrato y, prácticamente, cuatro años de trabajos iniciados en febrero de 2019, con un coste final que supera los 8 millones de euros.
Las obras pendientes de la segunda fase estarán «completamente terminadas», indican desde el organismo balear, en esa fecha, a pesar del aspecto externo que ofrecen todavía tanto el dique de abrigo como un tramo del Passeig Marítim y su prolongación hacia Ses Salines. En ese lugar, entrando a Fornells, a la derecha del paseo, se construyen varadero y rampa en la línea marítima, junto a un solar de titularidad privada, para poner las barcas en el mar, además del asfaltado más próximo a la bahía.
Paralelamente al anunciado término de la obra de más envergadura, a la que faltará completar la señalización y dotación del mobiliario urbano, el Ayuntamiento sigue batallando contra las filtraciones del agua del mar, ahora localizadas entre las calles de la Mar y Gelabert, desde el pasado verano.
Como quiera que el tramo donde se ubican estas filtraciones pertenece a la primera fase, ya recepcionada a lo largo de 2022, es el propio Consistorio el que se ha tenido que hacer cargo de esta reparación que aumenta la salinidad de la depuradora de Es Mercadal limitando su uso a la Comunidad de Regantes del Camí de Tramuntana.
En busca de la solución
Tanto el alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser, como Helena Vílchez, tenienta de alcaldía y regidora de Obra Pública, explican que se han tenido que levantar pequeños tramos pavimentados para llegar hasta las acometidas e ir revisando, mediante el uso de cámaras, hasta dar con la entrada de estas filtraciones. «Son actuaciones puntuales», precisa Vílchez, «es un trabajo laborioso y, además, no hay mucha disponibilidad de técnicos para hacerlo», lo que explica que todavía desconozcan cuando se darán por finalizadas hasta hallar todos los puntos de entrada del líquido salado.
El Ayuntamiento, sin embargo, pedirá a Ports que esta obra para reparar la original de la primera fase entre en el capítulo de «vicios ocultos» por una anomalía no advertida en la renovación del alcantarillado o un trabajo mal realizado para que sea el organismo público quien lo asuma.
La nueva red de saneamiento estaba incluida en la primera fase del Passeig Marítim ya concluida y recepcionada. Fue allí donde en mayo se localizaron las primeras filtraciones de agua salada por inclusión marina en la infraestructura, que ya fueron revisadas y subsanadas tras detectarse un sellado fallido.