La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, abrió el debate, el pasado lunes, acerca de la posibilidad de reducir los horarios de bares y restaurantes, para que las jornadas de los trabajadores no se alarguen hasta la una de la madrugada. Díaz aseguró que «no es razonable» que haya restaurantes abiertos hasta tan tarde y calificó de «locura» la diferencia de horarios existente entre España y el resto de Europa. Además, la líder de Sumar remarcó que las jornadas laborales que se extienden más allá de las diez de la noche deben ser consideradas como nocturnas y retribuidas de manera diferente, puesto que implican un riesgo para la salud mental.
Las declaraciones de Díaz han sido recibidas en Menorca con diversidad de opiniones desde los sindicatos y las patronales del sector. Mientras algunos consideran que no se trata de una problemática que afecte de manera especial a la Isla ni que se deba regular ahora, otros señalan que una reducción de horarios sería positiva para el bienestar de los trabajadores y hasta podría facilitar la confección de las plantillas.
Cambio de horarios
Antoni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes de Menorca y propietario del restaurante Rías Baixas de Ferreries, considera que la propuesta de Díaz puede ser bien recibida en el sector, puesto que serviría para mejorar la satisfacción de los trabajadores. Además, explica que con la llegada de los turistas franceses a Menorca, especialmente después de la pandemia, en su restaurante ya han empezado a cambiar los horarios para adaptarse a sus costumbres, con muy buenos resultados. «Ahora nos vienen muchos franceses y abrimos antes y también acabamos más temprano, y nuestro personal lo agradece y están mucho más contentos y relajados», asegura.
Sansaloni también cree que el hecho de avanzar hacia un cambio de horarios, empezando y acabando antes la jornada laboral, podría ayudar a completar las plantillas en un sector que acusa cada vez más la falta de mano de obra. Asimismo, señala que la reducción de horarios de los restaurantes también serviría para redirigir antes a los clientes hacia los locales de copas, que son los que tienen el potencial en esta franja horaria.
En cambio, el presidente de la Asociación de Hostelería y Restauración de Menorca, José Bosch, se muestra en total desacuerdo con las declaraciones de Díaz y considera que el debate que se propone no tiene mucho recorrido en la Isla, puesto que aquí no hay muchos restaurantes que cierren a la una de la madrugada. «La mayoría de restaurantes de Menorca cierran la cocina a las 23.30 horas y a las 12 ya han cerrado las puertas», asegura. Bosch también se posiciona de manera contraria a la propuesta de regular los horarios para equipararlos a los del resto de Europa. «Aquí somos latinos y ahora quieren que seamos nórdicos. Estas afirmaciones demuestran una ignorancia total del sector».
Jornadas sin final
Desde el sindicato CCOO, Antonio Soria señala que su preocupación no son tanto los horarios concretos, como las jornadas que se alargan más de la cuenta, con una hora de inicio pero no de finalización. «Si esto pasa un día, no es grave, pero cuando se convierte en habitual, acaba fastidiando la salud», afirma.
Por su parte, Servando Pereira de UGT ve inviable un cambio de horarios a corto plazo y considera que antes se tendrían que estudiar las implicaciones que podría tener en los puestos de trabajo, aunque admite que es un tema del que se tendrá que hablar.