Sucesor de Ignasi Camps al frente de la Policía Local de Ciutadella, Diego Pastrana Huguet (1971) se enfrenta a su segundo Sant Joan como máximo responsable del operativo de seguridad de las fiestas.
¿Se imagina un Sant Joan sin Plan de Seguridad?
—No, ahora es imposible plantearse las fiestas sin un Plan Director. Es el documento jurídico que marca el engranaje perfecto entre todos los estamentos implicados en la seguridad y se ha demostrado que funciona.
Este año se prevén 473 efectivos. ¿Son suficientes?
—Esta es la previsión, pero no quiere decir que se cumpla. Siempre trabajamos con un número máximo para garantizar la seguridad. Es una cifra considerable que, con el tiempo, debería aumentar.
¿Sirve para cubrir el 100% de lo previsto en el plan?
—El año pasado fue suficiente.
¿Cuánta afluencia esperan?
—Es precipitado aún, pero no veo que supere la del año pasado. Personalmente, creo que ya hemos alcanzado el máximo de gente que vendrá a las fiestas. En un análisis con otros jefes de Policía vimos que la revetlla de Sant Joan se celebra cada vez más en los municipios costeros del Mediterráneo. Por tanto, a medida que estas fiestas crezcan, la afluencia se estabilizará.
¿Cabe una mayor implicación de otras administraciones, ya que la fiesta trasciende en mucho el ámbito local?
—En las últimas juntas de seguridad, la implicación de otras administraciones y cuerpos de seguridad ha sido muy buena y profesional, con una gran conciencia de la importancia de Sant Joan. Hacen todo lo posible y se esfuerzan por atender las peticiones.
¿Por qué se ha reducido el contingente de efectivos sobre 2022?
—El despliegue ha sido muy similar en los últimos años. Lo que ocurrió en 2022 respecto de 2023 fue que en Menorca había un contingente de Policía Nacional desplegado para reforzar la seguridad pospandemia en verano, y decidieron unirse al dispositivo. No obstante, estamos explorando la posibilidad, junto al inspector jefe de la Policía Nacional, Plácido Martínez, de que también pongan más refuerzos.
¿Qué impulso ha dado el disponer de cámaras propias?
—Tener una visión directa supone un salto cualitativo en la respuesta ante cualquier emergencia. Hasta ahora teníamos una visión televisiva y no técnica pero, con las cámaras personales que llevan los agentes y los filtros y las que pusimos el año pasado en Ses Voltes y a la entrada de Santa Clara logramos un 60% de visión de cualquier punto de la fiesta. Y en Es Pla llegamos al 100%. Eso hace que toda incidencia que se nos comunica al Cecopal la identificamos de inmediato y podemos darle una respuesta más rápida. Quedó patente en el Caragol des Pla. Las acciones fueron más precisas que otros años y no fue necesario movilizar grandes grupos de intervención, que habrían obligado a parar la fiesta.
¿Habrá más cámaras este año?
—Sí, porque nos ayudan a dar una respuesta adecuada y preservando la fiesta. Este año ampliaremos las cámaras fijas por todo el centro para cubrir el Primer Toc, Ses Voltes ySanta Clara. Según como vaya, valoraremos si necesitamos más en 2025.
¿Los menores a caballo ya deberían llevar casco?
—El Plan Director recomienda su uso y debemos remitirnos a lo que aconsejan los técnicos. Ahora bien, no se les obligará. Lo analizaremos llegado el momento.
Los voluntarios han planteado estos años la conveniencia de organizar un concierto simultáneo en otro lugar de la ciudad durante Ses Avellanes para facilitar el regreso de la qualcada. ¿Se contempla?
—Cabe ser conscientes de lo que implica. Se debe garantizar que la ubicación cumpla las condiciones legalmente establecidas y, también, tener en cuenta que un acto así requiere un plan de autoprotección con medidas de seguridad. Y no creo que, en este momento, haya suficiente personal de seguridad privada para cubrir como corresponde un acto de este tipo.
¿A qué le teme más?
—A nada en particular. Una emergencia puede surgir en cualquier momento, lo que me causa respeto, pero no miedo. Si no, no estaría en el cargo que ocupo.
A tres meses vista, ¿qué mensaje manda a la población?
—Uno positivo de amor a las fiestas y de colaboración con los actos. Si en algún momento hay que seguir las indicaciones de aforo, no es por causar un perjuicio a nadie, sino por un bien general y para preservar nuestras fiestas.