Casi un año después de activar la restricción horaria para acceder al Poblado de Pescadores de Binibèquer Vell, los propietarios de esta urbanización privada dan un paso más y barajan la opción de cerrarla de cara al público y encargarse ellos mismos de explotarla como atractivo turístico para destinar los fondos recaudados al mantenimiento de este singular enclave que se ha convertido en uno de los más populares de la Isla.
El anuncio llega unos días después de la celebración del último pleno municipal del Ayuntamiento de Sant Lluís, en el que la alcaldesa Loles Tronch reconoció que los propietarios de Binibèquer Vell ya habían comunicado al Consistorio el cambio en el horario de visitas que restringe el acceso a la urbanización entre las ocho de la noche y las once de la mañana del día siguiente.
Este fue el primer dardo que lanzaron ante los «compromisos incumplidos» del Consell insular, relativos a la regularización de la llegada de autobuses y la formación de los guías turísticos que llegan al Poblado de Pescadores. Ahora van más allá y amenazan con cerrar definitivamente este punto de gran afluencia de turistas por la «falta de voluntad» que, aseguran, han detectado por parte de la administración pública en la «pacificación» del lugar iniciada el año pasado.
Disputa con el Ayuntamiento
«Loles Tronch no puede decir que le da igual si cerramos Binibèquer Vell, su trabajo es intentar conciliar», explica Óscar Monge, presidente de la comunidad de propietarios, en relación con las declaraciones de la alcaldesa de Sant Lluís en el último pleno municipal, en el que aseguró que el Ayuntamiento ya asume el coste de la iluminación y que reforzará los aspectos relacionados con la recogida de residuos que estén en su mano. Más allá, afirmó, es cosa de los propietarios, «como si lo quieren cerrar todo el día, es cosa suya».
El Poblado de Pescadores de Binibèquer Vell, subraya Monge, «genera un impacto económico en muchas personas» y desde la comunidad de propietarios «estamos atónitos por la respuesta de la administración pública, ahora también municipal». Regular el tráfico de autobuses y las visitas que se organizan, con el consiguiente «problema de masificación» que conlleva, denuncian, está fuera de su capacidad. «Invaden el lugar en el que vivimos y no estamos encontrando una respuesta, si nadie hace nada acabará siendo un poblado del oeste, con la mala imagen que esto supone para Menorca», concluyen.
Es por este motivo y por la falta de ayudas públicas para mantener Binibèquer Vell y frenar la degradación del entorno por el efecto del turismo que contemplan «seriamente» la posibilidad de cerrar definitivamente la urbanización privada de cara al público. Además, barajan la opción de explotar ellos mismos, «a través de una empresa menorquina», el lugar para destinar los fondos al mantenimiento y la rehabilitación del Poblado de Pescadores. «Las empresas que organizan excursiones aquí llegan a cobrar 60 euros por persona», critican.
El apunte
«No hemos recibido ni un euro de la FFTM por los derechos de imagen»
La comunidad de propietarios del Poblado de Pescadores de Binibèquer Vell se reservó, a partir de enero de 2023, todos y cada uno de los derechos de imagen por el uso de un espacio privado para frenar la promoción de la urbanización. Aseguran desde la comunidad de propietarios que firmaron un convenio con la Fundació Foment del Turisme de Menorca (FFTM) a través del cual el ente del Consell insular se comprometía a pagarles 15.000 euros anuales. «No hemos recibido ni un euro», critican. Únicamente perciben 10.000 euros del Ayuntamiento de Sant Lluís, una cantidad «mínima», indican, que no contrarresta los «85.000 euros que debemos pagar para el mantenimiento de Binibèquer Vell» y mucho menos «los 1,5 millones de euros» que debemos afrontar ahora para la remodelación y rehabilitación de la urbanización.