La Guardia Civil no imputará a la exalcaldesa de Ciutadella Joana Gomila (PSM) en la investigación que mantiene abierta sobre la gestión de los pozos públicos en el municipio.
Las diligencias siguen activas pero, según las fuentes consultadas, no se apuntarán más responsabilidades de las ya conocidas y que ponen el foco especialmente sobre la anterior concejala de Aguas, Noemí Camps (PSOE), y el jefe de los servicios técnicos municipales, Joan Moll.
En un principio, los agentes del Seprona trabajaban con la intención de poder entrar sus conclusiones en la Fiscalía y en el Juzgado número 2 antes de que terminara el mes, ya que agosto es inhábil a efectos judiciales, pero aún no dan por cerrada la operación a la espera de concluir las diligencias que todavía siguen en marcha.
El Servicio de Protección de la Naturaleza investiga un presunto delito medioambiental contra los recursos naturales por la salinización y sobreexplotación de un número indeterminado de pozos que abastecen a la población, sin que los gestores municipales tomaran las medidas precisas para corregirlo.
La investigación se inició a raíz de una denuncia particular por la sobreexplotación sin permiso, y con el informe desfavorable de Sanidad, de los pozos de Ses Arenes de Dalt. El empresario Valeriano Allés, que administra la sociedad Arenes Ciutadella SL, denunció al Ayuntamiento y a la Dirección General de Recursos Hídricos y dio lugar a un contencioso que tiene pendiente de resolver el Tribunal Superior de Justicia.
Valeriano Allés explicó que los pozos de Ses Arenes se sobreexplotaron sin autorización durante 14 años y hasta llegó a extraerse agua del acuífero salinizado mediante una bomba instalada 30 metros por debajo del nivel máximo permitido.
Sobreexplotación
No es una situación inédita en Ciutadella. Como ha corroborado el Plan de Gestión Sostenible del Agua, aprobado por el Ayuntamiento hace ahora un año, el agua pública de Ciutadella es «deficiente» porque los pozos están sobreexplotados en un 131 por ciento. La mayoría de las captaciones extraen agua del doble de profundidad de lo que marca el Plan Hidrológico, en algunos casos hasta 70 metros más abajo. Numerosos pozos superan las concentraciones máximas previstas de nitratos (50 mg/litro) y cloruros (250 mg/l).