Carlos Luis Figueira (Campo Maior, Portugal, 1944), ha fallecido en Menorca, donde ha residido durante sus últimos años. En 2010 se casó, en Es Castell, con la exalcaldesa de este municipio, Irene Coll Florit.
La prensa portuguesa destaca su trayectoria política para impulsar la democracia en aquel país como dirigente del Partido Comunista luso. En 1964 marchó a Bruselas, donde obtuvo el estatuto de refugiado político. Estudió Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Libre de Bruselas, y después vivió en Moscú, donde cursó Ciencias Políticas y Sociales. En 1968 regresó a Portugal, continuando como miembro de la dirección clandestina del PCP, hasta el 25 de abril de 1974 en que se produjo la «Revolución de los claveles». Miembro del Comité Central y de la Comisión Política del PCP hasta el 16 congreso, en el que, por sus ideas aperturistas, fue expulsado del partido en septiembre de 2002.
Promovió la creación de «Refundación comunista». Entre 2005 y 2018 fue consultor y jefe de gabinete del Ayuntamiento de Vilarreal en Algarve. Es autor del libro «A casa» y dirigió el semanario «Baixo Guadiana» y hasta hace un mes, cuando su salud empeoró, escribía una columna semanal en el diario «Jornal do Algarve», en el que realizaba un análisis político y social de la actualidad portuguesa. Durante unos años, alternó su residencia entre Algarve y Menorca, isla que adoraba. Falleció en su casa en Sant Lluís este pasado domingo, a los ochenta años.
Irene siempre ha tenido una curiosa predilección por juntarse sentimentalmente con elementos del sector izquierdoso, como fue el caso de un conocido y sospechoso exalcalde de Sant Lluís del PSOE con quien estuvo emparejada durante varios años, o posteriormente con este portugués, miembro nada menos del partido comunista. No sé qué pensará de esa extraña trayectoria su señora madre, antaño destacada político del PP insular. Por no hablar de su señor padre, EPD, conocido y muy apreciado jefe del arma de Artillería en el cuartel de Cala Corb.