La Escola d’Adults de Maó hace más de 25 años que reclama la construcción de un centro que les permita llevar a cabo su actividad en mejores condiciones, pero todo apunta a que, como mínimo, esta demanda histórica tendrá que esperar otro año más.
Actualmente, la escuela de adultos de Maó se ubica en la calle Sant Joan, en un edificio que ha quedado obsoleto y con carencias de espacio. Para solventar este problema, en abril de 2022 la Conselleria de Educación licitó las obras de reforma del cuartel de Santiago para trasladar allí la actividad. Los trabajos empezaron en verano de 2022, con un plazo de ejecución de doce meses y un presupuesto de 2,8 millones. Pero dos años y medio después solo se han llevado a cabo un 15 por ciento de los trabajos.
Por ello, ahora se trabaja para liquidar el contrato con la empresa adjudicataria, y de manera paralela el Institut Balear d’Infraestructures i Serveis Educatius (Ibisec) está modificando el proyecto para volver a licitar la parte que queda pendiente. También se está valorando si procede sancionar a la empresa por incumplimiento del contrato.
La previsión es que la reforma integral del interior del antiguo cuartel, permita crear 15 aulas, un aula polivalente, otra de informática, una biblioteca y un taller de cocina-cafetería, además de una zona de administración que tendrá seis despachos y una sala de profesores.
Dispersos por toda la ciudad
Desde la dirección del centro, Ramon Rosselló observa la demora con resignación, aunque después de tantos años de espera prefiere ser optimista y pensar que con la nueva licitación el traslado a las nuevas dependencias está más cerca.
Rosselló explica que actualmente se ven obligados a impartir las clases en cinco espacios distintos de Maó, lo que les ocasiona muchos problemas a la hora de gestionar la movilidad del profesorado y el alumnado. «Estamos utilizando aulas del IES Joan Ramis i Ramis, de las escuelas Antoni Juan Alemany y Verge de Gràcia y del Espai Jove, además de nuestro centro, por lo que tenemos muchas dificultades a nivel de coordinación, y nos vemos obligados a hacer ingeniería de horarios», señala.
Desde la Escola d’Adults agradecen la buena predisposición de todos los centros educativos, pero reconocen que en algunos casos los espacios no se ajustan a sus necesidades. «En el Antoni Juan, por ejemplo, las sillas son más pequeñas, y esto genera incomodidad», lamenta Rosselló.
Freno al crecimiento
Esta situación también supone un freno para el crecimiento del centro, pese a lo cual se ha pasado de los 1.298 alumnos matriculados en el curso 2017-18, a los 2.321 alumnos del curso 2023-24, unas cifras que este año seguirán aumentando. «En ocho años la evolución ha sido muy positiva, y esto quiere decir que la sociedad está motivada e interesada en nuestra oferta, pero la situación en la que estamos nos condiciona, y hay nuevos cursos que no los podemos hacer por falta de espacio», apunta Rosselló.
Además, la dispersión por toda la ciudad les impide crear un «ambiente de centro», algo que se espera solucionar cuando toda la actividad se concentre en el antiguo cuartel de Santiago y mejore la dinámica de trabajo.
Más de 300 cursos
El CEPA Joan Mir i Mir incluye los municipios de Maó, Sant Lluís, Es Castell y Alaior, y ofrece más de 300 cursos, como los títulos de ESO impartidos a través de la Conselleria de Educación. También forman parte de la oferta los cursos de carácter más lúdico de la Associació d’Educació d’Adults, así como los certificados profesionales y la oferta complementaria del Consell y los ayuntamientos. Además, cuentan con más de cien cursos en línea del Ministerio de Educación. Durante el mes de febrero, el centro vuelve a abrir la matrícula.
Uff.. huele a chanchulleo y algunos llenando bolsillos. Quién será Alcalde?