El Consell espera que en un plazo de dos años estén operativos tres nuevos centros geriátricos en la Isla (Maó, Es Migjorn y Es Castell) que contribuyan a contrarrestar la demanda, creciente, de plazas residenciales para personas mayores. Menorca es el territorio balear que mayor ritmo de envejecimiento presenta: en lo que va de siglo la población de más de 85 años se ha duplicado, muy por encima del ritmo general de crecimiento de la población.
La apertura de estas infraestructuras, con cierto retraso sobre la previsión inicial, ayudará a contener una lista de espera que, solo en la que maneja la primera Administración, se eleva a 394 personas. Las plazas nuevas que se generarán son 210, aunque las reales serán 147 si se descuentan las camas que se trasladarán por el cierre temporal del actual geriátrico del Consell en Maó.
Pero más preocupa si cabe la ausencia de suficientes profesionales especializados para poder ofrecer la cobertura sanitaria y logística que exigirán estos tres nuevos centros. Así coinciden en apuntarlo la consellera de Bienestar Social, Carmen Reynés, y la directora insular de Gente Mayor, Dependencia y Diversidad Funcional del Consell, Melissa Manota.
Ambas sitúan el foco de esta problemática, fundamentalmente, en tres aspectos; la falta de vivienda, el requisito del catalán y la necesidad de ampliar las plazas para la formación de esos profesionales.
Alojarse en Sa Vinyeta
Para solventar la problemática del alojamiento, el Consell trabaja en diversos frentes, y uno de ellos es la residencia del albergue de Sa Vinyeta, en Ciutadella. De cristalizar esta opción permitiría destinar un espacio o número de plazas determinado a enfermeros y auxiliares de enfermería. Otro frente en el que se ha trabajado, según detalla Manota, sería «sacar la licitación» de varios pisos en diversos puntos de la Isla para poder acoger a ese personal foráneo.
En el Consell detectan que de solventar la falta de vivienda sí existe predisposición de parte de los profesionales de fuera para venir a Menorca.
En relación al catalán, la directora insular explica que se trata de un freno a la venida de profesionales desde la Península y que, en caso de establecer la lengua propia como un requisito exclusivo para los trabajadores esenciales -no así para el resto de categorías- se ganaría «bastante personal».
En esa línea, la consellera Carmen Reynés alude al ramillete de profesionales en nómina a los que no es viable ofrecer un contrato de larga duración precisamente por carecer de ese requisito. «Si ofreces un contrato semanal o de un mes, lógicamente el profesional preferirá ir a otro sitio donde encuentre una mayor estabilidad», manifestó.
Y añade la consellera que los propios profesionales del gremio aluden a esta situación como un problema, y desvela que el Consell está tratando de dar con el marco jurídico que permita modular el requisito del catalán «igual que se ha hecho en Sanidad», agregó.
En lo que respecta a la formación para el personal del geriátrico, actualmente ésta solo se da en la Isla en el IES Cap de Llevant de Maó. El Consell analiza opciones para poder ampliar esa oferta.
Trabajo a largo plazo
Melissa Manota, directora insular, comenta que una vez los tres geriátricos estén activos la Administración «podrá ser más competente y ofrecer contratos más a largo plazo a nivel de Isla», además de que, esas 147 plazas nuevas, junto con la asistencia a domicilio y los centros de día, significarán un buen plan de choque, entienden desde el Consell, para contrarrestar la situación actual.
Juan MariaFins aqui han arribat, vesten tu.