Los cambios normativos introducidos por la Unión Europea están afectando a la actividad pesquera insular, hasta el punto que este año se está obteniendo un 40 por ciento menos de gamba. Así lo estiman en la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, donde observan las consecuencias de la sustitución de sus redes, con unas mallas más grandes que reducen de forma importante las capturas.
La reunión mantenida este miércoles en Estrasburgo, entre representantes del Govern y la Federación Balear de Cofradías de Pescadores, y el comisario europeo de Pesca, Costas Kadis, de entrada no es motivo de alegría para el presidente de los pescadores de Ciutadella, Xavier Marquès. Pese a las buenas intenciones expresadas por el dirigente chipriota, «todavía no me creo nada, primero dicen una cosa, y luego, en diciembre, hacen otra».
Se refiere Marquès al avance que hizo Kadis, respecto a que, a final de año, no se rebajará más el esfuerzo pesquero. Eso es, teniendo en cuenta la importante reducción que ha sufrido los últimos años, pasando de alrededor de 200 días a apenas unos 140 en la actualidad, más de dos meses menos de actividad.
«La pesca de la gamba ha ido bien hasta ahora, pero con las nuevas mallas de 50 milímetros que nos han hecho poner desde el 1 de junio, estamos perdiendo por el agujero el 40 por ciento de las capturas», lamenta Maquès.
Tallas superiores a largo plazo
Este cambio se sostiene en la teoría de que, al no capturar los ejemplares más pequeños, estos podrán crecer y ser capturados en el futuro, con tallas superiores y, en consecuencia, con un mayor valor de mercado. «Habrá que verlo», señala dubitativo el patrón mayor de la cofradía ciutadellenca.
«Entre esto y los días que nos han quitado desde 2020, es un éxito» para el sector, ironizaba Marquès, quien no ve más que incertidumbre en una profesión cada vez con menos profesionales. «Todo eso provoca mucha inseguridad, las empresas no pueden planificar inversiones para el próximo año, porque no saben qué pasará». Además, «si encontrar personal ya costaba antes, ahora más gente lo deja porque las tripulaciones lo que necesitan es trabajar todo el año».
Y es que Marquès, como patrón del arrastrero «Vicenta Primera», con base en la dársena del poniente insular, observa que acabarán su cupo de días de faena «a mediados de septiembre, a no ser que nos den más» de los repartos de días sobrantes entre el total de la flota. «Para llegar a Navidades tendríamos que haber empezado en abril, pero empezamos el 10 de febrero», asevera el pescador de Ciutadella.
Langosta
En cuanto a la temporada de la langosta, las capturas «se mantienen más o menos igual que el año pasado», aún cuando este año hay algunas barcas que han retrasado el inicio de la campaña, ya que se han dedicado durante más tiempo al palangre.
Es como el misterio de la Santisima Trinidad, cada vez se pescan menos gambas, pero todos los restaurantes tienen gamba "roja de Menorca". Un misterio, vamos.