En pleno pico estival de llegada de visitantes el nuevo visor de datos municipales del Institut d’Estadística de Balears (Ibestat) llama a la reflexión sobre los efectos que está teniendo la creciente dependencia del sector turístico en la capacidad económica de la población. Una aparente contradicción destaca sobre el resto, el caso de Ciutadella. La ciudad de Ponent, la que concentra el mayor número de establecimientos de alojamiento de la Isla, ocupa el quinto puesto en el ranking balear de oferta turística. Sin embargo, cuando atendemos a los datos de renta per cápita, un indicador de la capacidad económica de la población, queda postergado al último puesto de Menorca y al número 59 en el listado balear. ¿Qué es lo que ocurre?
Antoni Riera, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y director técnico de la Fundación Impulsa Balears, explica que «este tipo de paradojas son el reflejo de una situación de transición desde un modelo de turismo intensivo que ha llegado a su techo, en realidad el problema no es lo que produces, sino cómo lo produces». En ese sentido señala al uso de mano de obra poco cualificada, mucha rotación y una mayor presencia de fijos discontinuos como una receta que tiene que cambiar para no seguir en la senda que el conjunto del archipiélago ha recorrido en las últimas décadas.
«La población de Balears ha ido perdiendo capacidad económica respecto al resto de Europa». La creciente merma de los niveles medios de renta en comparación con otros países de nuestro entorno, apunta Riera, queda patente, por ejemplo, en el mayor problema social que afecta a las Islas, el acceso a la vivienda. Ciudadanos extranjeros están mostrando una gran facilidad para comprar bienes inmuebles en la Isla, que contrasta con las dificultades de los residentes.
Fijos-discontinuos
Uno de los factores que están influyendo en los bajos niveles de renta per cápita que se registran en municipios tan turísticos como Ciutadella es el gran peso que tiene la modalidad del trabajador fijo-discontinuo en su mercado laboral. Solo hay que ver cómo de agosto a diciembre el número de afiliados a la Seguridad Social cae en Ciutadella casi un 40 por ciento, mientras en el otro extremo de la Isla, en Maó, esa estacionalidad de la actividad laboral es mucho más suave, con un descenso que no llega al 20 por ciento.
«Durante muchos años tener fijos-discontinuos no era un factor limitante, pero estábamos en una fase de crecimiento y ahora el modelo debe cambiar, hay que cambiar la receta». Desde la fundación que dirigen están trabajando intensamente, junto al Govern balear, en la definición de una hoja de ruta para mejorar la productividad y el bienestar de los residentes. El economista insiste, no obstante, en que no se trata de un problema específico del sector turístico, sino de un modelo de baja productividad de las empresas que operan.
Las claves
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El número de afiliados cae un 40 % en invierno
Ciutadella registra en el mes de junio, en el pico de mayor contratación por la llegada del verano, un total de 13.816 afiliados a la Seguridad Social. En invierno esa cifra desciende en más de 5.000 personas, cerca de un 40 por ciento. En Maó, por ejemplo, la caída no llega al 20 por ciento.
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Pérdida de poder adquisitivo frente a otros países
Uno de los efectos que tiene la pérdida de renta per cápita en Balears respecto a otros países de nuestro entorno se observa en el mercado inmobiliario. Los extranjeros tienen mucha mayor facilidad para comprar casas en contraste con los residentes, que tienen graves problemas.
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Mano de obra poco cualificada y mucha rotación
El economista Antoni Riera señala que el problema está en la poca productividad de las empresas del sector turístico, que habitualmente recurren a mano de obra poco cualificada y sufren muchos problemas de excesiva rotación. Llama a cambiar el modelo.
Hasta aquíTus comentarios siempre son criticando, pero nunca te he leído una propuesta de a qué debería dedicarse la gente como alternativa al turismo.