El Aeropuerto de Menorca vive este fin de semana una de las jornadas más intensas del año. Festivo en toda España, el 15 de agosto marca uno de los puntos álgidos del verano, cuando coinciden las despedidas de quienes regresan a casa con la llegada de nuevos visitantes. Desde primera hora, las salidas registran un flujo constante de pasajeros y, solo durante este puente, se prevé que pasen hasta 726 vuelos por el aeródromo de la Isla.
Con el billete de vuelta en la mano, algunos de ellos repasan su experiencia para MENORCA • «Es Diari»: la afluencia de gente, el precio de los productos y del alojamiento, las facilidades y trabas para moverse por carretera o transporte público, y cómo las altas temperaturas han marcado el ritmo de sus vacaciones.
Marta, Joan, Margarita (Girona)
«Está caro, como en todas partes. Hemos combinado restaurante y compras en el supermercado»
Está caro, como en todas partes», resumían Marta, Joan y Margarita mientras esperaban su vuelo de regreso a Barcelona, para luego desplazarse a Girona. No notaron grandes diferencias respecto a su ciudad, pero admitieron que viajar en pleno agosto obliga a hacer números y a organizarse bien. Por eso, planificaron cada día para controlar el gasto: combinaron comidas en restaurantes con compras en el supermercado, una fórmula que les permitió disfrutar de la gastronomía local sin renunciar a la comodidad, y el ahorro, de preparar algo por su cuenta.
No era su primera vez en Menorca, sino la tercera, y percibieron menos gente que en otras temporadas, algo que relacionaron con que «todo estaba más regulado». Hicieron referencia al momento de entrar a las calas con coche: «Lo hemos notado todo más ordenado, ya no hay aquel caos de aparcamientos». Se alojaron en Maó y optaron por alquilar un coche para moverse, aunque aparcar en la capital fue lo más complicado.
El mejor recuerdo se lo llevan de las calas. A su vez, pero, hicieron referencia a lo «poco adaptada que habían visto la Isla para personas con movilidad reducida». Explicaron que los acompañaban un amigo en silla de ruedas, pero, aun así, no dejaron de hacer nada: «Menorca, en comparación a Girona, podría estar más adaptada».
Roberta, Matteo, Paolo, Guiulia (Roma)
«Más caro que en Italia, pero con ganas de volver»
Quince días en Menorca dieron para mucho para Roberta, Matteo, Paolo y Guiulia, una familia romana que llegó con la idea de recorrer la isla de punta a punta. «Ha sido más caro que en Italia», resumen. Para moverse con libertad, alquilaron un coche y repartieron su estancia en dos partes: una semana en Son Bou y otra en Arenal d’en Castell. Aunque asumen que agosto es temporada alta y que «es normal que haya mucha gente», la mayor queja la reservan para el alojamiento, sobre todo teniendo en cuenta su precio.
En el último hotel no se sintieron cómodos: «No había mucha limpieza y la comida no estaba a la altura de lo que habíamos pagado». Pese a ello, el mar y las playas les dejaron un gran recuerdo y el balance general fue positivo. Incluso con la percepción de precios altos, no descartan volver: «¿Por qué no?».
Andrew (Malvern, Reino Unido)
«Nos hemos movido en transporte público y taxi, aunque no había muchos»
Andrew, de la localidad inglesa de Malvern, visitaba Menorca por segunda vez junto a su familia. La comparación con su primera estancia fue clara: «El tiempo ha sido mejor esta vez». No percibieron más gente que en su anterior visita y los precios, comparados con los de Inglaterra, les parecieron «un poco más bajos, aunque no mucho más».
Durante su estancia, se movieron en autobús y se mostraron satisfechos con el servicio: «Bien, puntuales y baratos». Se alojaron en Sant Lluís y, según aseguran, lo que más les había gustado de la isla era la amabilidad de la gente. Sin embargo, tuvieron una queja concreta: la dificultad para conseguir taxi. «No hay suficientes», aseguraba Andrew, una situación que atribuyó más a la falta de vehículos disponibles, que a la afluencia de turistas.
Pau y Gil (Barcelona)
«Los precios han estado en la línea de lo que ya nos esperábamos»
Pau y Gil afirmaron que su estancia en Menorca había superado sus expectativas. Llegaron pensando que encontrarían más gente de la que después realmente hubo y se marcharon con la sensación de haber disfrutado de un ritmo tranquilo. En cuanto a los precios, consideran que ha estado en la línea de lo que esperaban: «Había algunas cosas más baratas y otras más caras». También alquilaron un coche para moverse y no tuvieron problemas para aparcar, aseguran que «ni siquiera en las playas». Lo que más les ha gustado han sido las calas, y no destacan nada de negativo. Concluyen, con firmeza, que volverán seguro.
María, Ana, Nayara (Valencia)
«Todos los turistas vamos a los mismos lugares»
«Una sorpresa agradable», así definen María, Ana y Nayara su paso por Menorca. Llegaron con la idea de disfrutar de sus vacaciones sin grandes planes y, desde el primer momento, quedaron cautivadas por el paisaje: «Esto es el Caribe de España».
No percibieron la isla especialmente masificada, aunque reconocieron que, en algunos lugares, «la concentración de gente era inevitable». Se referían a calas, playas y zonas populares que ellas mismas habían buscado previamente en internet, sabiendo que eran puntos bonitos, y a su vez, concurridos. Aun así, explican que la belleza de estos rincones compensó la presencia de otros visitantes.
En cuanto a los precios, no encontraron grandes diferencias con lo que esperaban gastar: «Cuando vas de viaje con tu familia, ya estás mentalizado de que vas a gastar dinero. Duele menos». Se alojaron en Fornells y alquilaron un coche para moverse por la isla, una elección que les dio libertad para recorrer distintos rincones sin depender del transporte público y aprovechar mejor el tiempo.
Océane (Nantes)
«Hay mucha gente, pero es verano y es algo normal»
Para Océane, Menorca ha sido un destino de verano con mucho encanto. «Hay mucha gente, pero es verano y es algo normal», afirmaba los días pasados en Cala en Bosch, donde se alojó durante su estancia. En cuanto a los precios, los encontró similares a los de Francia: «No es caro, pero tampoco barato, un precio aceptable».
Asimismo, para moverse por la Isla alquiló un coche y tomó algún taxi. Por otro lado, el cambio de hábitos y de maneras de hacer fue a lo que más le costó acomodarse. Destacó los pagos con tarjeta y también los horarios de abertura del comercio.
Corentin (Rennes)
«Lo que más me ha gustado: el paisaje»
Para Corentin, que viajó desde Rennes, Menorca ha sido un descubrimiento tranquilo. No percibió masificación y asegura que «no es caro», comprado con su país de origen, salvo por un detalle que le llamó la atención: «El agua… el agua embotellada es cara».
Durante su estancia, optó por alquilar un coche durante tres días para moverse por la Isla y alojarse en un complejo hotelero de Ciutadella. La libertad de desplazarse le permitió recorrer distintos puntos sin prisas, disfrutando especialmente del paisaje. «Lo que más me ha gustado ha sido el paisaje», afirmó sin dudar.
Al preguntarle por lo que menos le había gustado dentro de todo lo positivo, fue rotundo: «Nada. Todo es bonito». Con ese balance, y sin ninguna queja más allá del precio del agua embotellada, se despidió de la Isla con la impresión de que Menorca es, en sus propias palabras, «un lugar al que volvería sin pensarlo».
Es barbullotA mucho turismo perroflauta como tu le llamas le cuesta mucho ahorrar para poder llegar aquí no precisamente les regalamos billetes y alojamiento...