La sexta edición de la expedición medioambiental 0 Plastic Menorca ha concluido con un récord histórico, afirman desde el movimiento, al referirse a los 336 kilos de residuos plásticos que han sido retirados de diversos puntos del litoral de la Isla. Más allá de la cifra, la mayor registrada en las seis ediciones del proyecto, destacan que uno de los datos más preocupantes de la campaña se ha vuelto a registrar en la playa de Cavalleria, donde se han localizado y recogido más de 8.000 fragmentos de microplásticos en una superficie de tan solo 40 metros cuadrados.
Los pellets —gránulos de plástico de tamaño diminuto— llegan a diario a las playas de la costa norte de Menorca procedentes de las empresas petroquímicas de Tarragona. En agosto de 2020 ya se produjo un grave episodio de contaminación por estos microplásticos y la Generalitat abrió expedientes a varias empresas por «presuntos daños ambientales a los recursos naturales y a los servicios de recursos naturales que causan por su actividad en la red hidrográfica de la cuenca del río Francolí» y, especialmente, en las playas de la Pineda, la de Prats de Vila-seca y la de Cavalleria.
«Es una muestra alarmante de la contaminación invisible que afecta nuestras costas», advierten desde 0 Plastic, que durante la expedición también actuaron en el entorno de Addaia y Arenal d’en Castell, así como en la Illa de l’Aire. Tras la recogida, los equipos de voluntarios y colaboradores pesaron y clasificaron los residuos por tipología, lo que permitió identificar materiales reutilizables, como petróleo solidificado que entregaron al artista Jimmy Pons para su proyecto artístico Petrolart y redes de pesca y cuerdas que fueron cedidas a la iniciativa Pescart Menorca.
Aún así, avisan desde 0 Plastic, el estado de degradación de la mayoría de los residuos recogidos impide su reciclaje, lo que refuerza la idea de que «estas limpiezas del litoral son principalmente herramientas de concienciación, no soluciones definitivas». Desde el movimiento hacen un llamamiento a la población: «Es urgente revisar nuestros hábitos de consumo y buscar alternativas sostenibles, especialmente al plástico de un solo uso».
Ahora hay que unirle la mierda que dejan los turistas después de un día de playa pero eso lo descubrirán en unos años, con algún que otro estudio pagado por los contribuyentes.