Alexandre Moragues Pascual, alumno del programa de Doctorado en Geografía de la UIB, ha sido distinguido con el premio Biodibal-Redeia a la mejor comunicación científica por su estudio sobre el sobre el impacto de las inundaciones en Es Mercadal, durante la Dana de agosto de 2024.
El trabajo premiado en las IX Jornadas de Medio Ambiente de la universidad pública balear y la Sociedad de Historia Natural de las islas, analiza el episodio de lluvias extremas del 15 de agosto de 2024 en Es Mercadal, donde se acumularon más de 200 litros por metro cuadrado en cinco horas y se produjeron daños por 27 millones de euros.
Como ha detallado la UIB en una nota, el estudio concluye que la obstrucción de los puentes urbanos por vehículos, sedimentos y vegetación agravó notablemente las inundaciones, elevando el nivel del agua hasta un metro, frente a los 30 centímetros que se habrían registrado con los pasos limpios.
La investigación, basada en simulaciones hidráulicas con HEC-RAS, destaca la utilidad de la modelización como herramienta preventiva en zonas vulnerables.
Otras distinciones
El jurado también ha concedido dos accesits, el primero de ellos a Lluna Jordà-Amengual por un estudio pionero sobre la brioflora del campus de la UIB, que identifica 23 especies y subraya el valor de espacios como los jardines de Son Lledó para especies protegidas.
El segundo ha sido para Gibet Marquès por una investigación sobre la actividad de murciélagos antropófilos en s'Albufera des Grau, basada en más de 117.000 registros acústicos.
Inmune¿Has leído el comentario de Ruperto? Inmune, antes de repartir calificativos como “paquete”, podrías intentar leer lo que se ha escrito. Porque Ruperto está falseando la información, y tú te has lanzado de cabeza sin comprobar nada. o solo has pasado por aquí a repartir etiquetas como “paquete”? Entiendo que quieras opinar, pero te agradecería que evitases las faltas de respeto; lo de “paquete” sobra. Está claro que no hace falta tener varias carreras para entender que una obstrucción agrava una inundación, la gente del campo lo sabe de toda la vida. Aun así, es necesario que haya estudios que lo demuestren con datos, sobre todo para aclarar responsabilidades y prevenir que vuelva a ocurrir. Y aquí no se ha tirado dinero público: nadie encargó el estudio. Fue iniciativa del propio chico, que lo presentó a un premio de la UIB dotado con 300 €, una cantidad simbólica. Precisamente por eso tiene más mérito: lo hizo por interés y compromiso. Este tipo de estudios son útiles para evitar futuras tragedias y para animar a jóvenes investigadores a seguir trabajando por nuestra isla.