La afiliación de trabajadoras del hogar ha caído un 52 por ciento desde 2013 hasta hoy. La contratación de empleadas domésticas por los hogares menorquines retrocede, según los datos estadísticos, al mismo tiempo que este colectivo conquista mejoras laborales.
El pasado noviembre se cerró con 405 afiliadas, mientras que ocho años atrás, en 2013, se alcanzaron en ese mismo mes 846 afiliaciones. Un año antes, en 2012, se aprobó la integración del Régimen Especial de la Seguridad Social de los Empleados de Hogar en el Régimen General, a través de un sistema especial.
El descenso de trabajadoras cotizando por esta actividad ha sido paulatino y constante, pero cuando se nota más es a partir de 2022, año en el que se aprobó el Real Decreto-ley que equiparó sus condiciones de trabajo y derechos a las del resto de trabajadores por cuenta ajena.
Normativa
La normativa implementó la cotización obligatoria por desempleo y Fogasa, equiparó el despido –que debe ser por causas objetivas– eliminando el desistimiento, y estableció para los hogares empleadores la obligación de gestionar trámites desde la primera hora trabajada, eso sí, con importantes bonificaciones en las cotizaciones para facilitar la transición.
El 15 de noviembre pasado acabó el plazo fijado por otra norma, el Real Decreto 893/2024, que regula la seguridad y la salud en el ámbito del servicio doméstico, para que los hogares presenten el documento de evaluación de riesgos laborales de sus empleadas domésticas; no hacerlo acarrea multas cuantiosas, pudiendo llegar hasta los 49.000 euros si la infracción es grave, además de enfrentar posibles reclamaciones si la trabajadora sufre un percance mientras realiza su trabajo.
Todas estas obligaciones, los costes y la complejidad administrativa que conllevan hace que muchas familias que antes podían acceder a esa ayuda doméstica ahora desistan de contratar si no es imprescindible, como puede ser en el caso de los cuidados a personas mayores.
Empresas de limpieza
Esa demanda de mano de obra para los servicios en el hogar se está derivando a las empresas, «sale más económico que contratar tú como particular y es más fácil», aseguran desde la firma Menorca Cleaning, que ha pasado de tener cuatro o cinco limpiadoras a una plantilla de 20 en solo un año. Su equipo cubre la limpieza de oficinas y casas los doce meses, si bien, reconocen, el turismo «es más rentable», con el mantenimiento de las viviendas vacacionales, «pero queremos dar empleo todo el año».
La demanda existe, hay empresas que solo se dedican a gestionar las peticiones de personal, por ejemplo, de los propietarios de segundas residencias en Menorca, extranjeros o españoles, y derivarlas a las empresas especializadas.
La caída de afiliación afecta únicamente a los hogares empleadores de este tipo de trabajo doméstico, realizado de forma mayoritaria por mujeres y en los últimos años también por inmigrantes. Pese al riesgo que supone infringir las normas incorporadas en los últimos años, la limpieza y asistencia en las tareas del hogar sigue nutriéndose de muchas personas que trabajan en la economía sumergida, en muchas ocasiones llegadas de otros países que no tienen más salida al hallarse en situación irregular.
No es posible, la Ministra de trabajo dice lo contrario.