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Incendio en Arenal den Castell

Entre la conciencia y el temor

El Ibanat aún no lo da por extinguido, mientras la Guardia Civil investiga los puntos de venta de petardos en la zona

La parcela forestal de Punta Grossa donde se inició el incendio sobre las 2 de la madrugada, al final de la calle Torrol·lera en el Arenal d’en Castell. | MJU

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Conciencia plena de lo que pudo haber sido y no fue, de la fortuna y del enorme trabajo de todos los que trabajaron en la extinción, fundamental para evitar una catástrofe humana y material, era el sentir mayoritario el día después del devastador incendio forestal que calcinó 36,7 hectáreas entre el Arenal d'en Castell y Addaia.

La Guardia Civil proseguía este miércoles su investigación para dar con los menores que originaron el fuego, preguntando en los comercios de la urbanización por la venta de petardos entre sus productos. Si son menores sus padres deberán asumir la responsabilidad civil del delito.

Vecinos de los apartamentos más próximos a la parcela donde se inició el fuego explican que fueron varias las detonaciones antes de que arrancaran las llamas, y que en la noche del domingo al lunes ya se había producido un lanzamiento similar de petardos. «Si el viento llega a ser contrario, el fuego habría quemado todo este complejo», indicaba la responsable de un rent a car.

Otra vecina, e incluso un residente en un predio de la carretera de Fornells, próximo al cruce de Favàritx, en el término municipal de Maó, coincidían en señalar que antes de la medianoche ya se respiraba olor a quemado. Este último, incluso, avisó a la Policía Local de Maó al sentir el fuerte olor. En todo caso, la localización física del origen del incendio no admite ninguna duda.

Residentes y turistas regresaban ayer a la normalidad aún con el temor de cualquier brote de fuego próximo a sus estancias. Desde que cayó la noche hasta mediodía de ayer, el servicio de emergencias del 112 todavía recibió cinco llamadas más de personas asustadas porque advertían humo en las proximidades de sus domicilios. La noche anterior fueron 158 las llamadas contabilizadas.

Un retén formado por 13 personas, entre bomberos, Ibanat y Medio Ambiente, custodió toda la zona devastada la noche del martes. Ya durante el día, el número de efectivos entre los diversos cuerpos alcanzó las 30 personas para proseguir con los trabajos de refresco de algunos puntos concretos y remate en otros.

El Ibanat todavía no dio este miércoles por extinguido el incendio debido a las altas temperaturas y al peligro de rebrote. Mientras haya humos en puntos concretos, no lo hará.

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