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El rastro

El parricida mató a su madre solo porque ella le impedía suicidarse

Discusión en el puerto entre una vecina y los dueños de un local, con rotura de altavoz y botellas

El parricida confesó haber matado a su madre en su declaración ante el juez porque ella no le dejaba quitarse la vida. | Josep Bagur Gomila

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Frialdad y tranquilidad absolutas, al menos exteriormente, exhibió el joven parricida de 26 años en su declaración ante el juez de instrucción de Ciutadella del pasado 8 de septiembre. No tuvo reparos en admitir el brutal crimen que cometió contra su madre en el chalé de Son Blanc en la madrugada del 26 de agosto. Presuntamente trastornado por el efecto que le ha dejado el consumo de marihuana durante tantos años, el hombre solo quería quitarse la vida y eso fue lo que ha sostenido desde que recuperó la consciencia tras salir del estado crítico en el que se hallaba por las heridas que se produjo a sí mismo tras el parricidio.

Quería matarse. Aseguró ser consciente de lo que hizo y sus palabras llevaron al juez a confirmar la prisión provisional sin fianza por los delitos de asesinato con alevosía a su madre, asesinato en grado de tentativa a su padre y delito de lesiones a su hermano, en uno de los sucesos más horrendos que se recuerdan en la historia insular. Lejos de buscar excusas o recurrir al tratamiento psiquiátrico que ha seguido durante tantos años, el parricida explicó con tranquilidad que mató a su madre porque ella no le dejaba suicidarse. Su propia familia se ha personado como acusación particular junto al Ministerio Fiscal. El juicio podría celebrarse durante 2017.

La vecina de arriba y el altavoz del bar. Los responsables de un bar restaurante ubicado en el Moll de Llevant del puerto de Maó han denunciado a su vecina, que vive en un apartamento superior, acusándola de haber destrozado un altavoz del establecimiento y varias botellas de alcohol en la tarde-noche del pasado 9 de septiembre. La mujer se quejaba de la música del local increpando a sus responsables, y decidió inutilizar el altavoz tirándolo al suelo, entre otros desperfectos.

El socorrista espabilado. Había que sacar un sobresueldo y a un socorrista que trabajaba en una playa de la costa norte de Menorca no se le ocurrió otra idea que alquilar sombrillas mientras realizaba su tarea como vigilante en esa misma cala. El material, que muchos turistas dejan abandonado cuando acaban sus vacaciones, lo recogía el socorrista y se sacaba un sobresueldo con su posterior alquiler. La empresa para la que trabaja le sorprendió y eso le costó el despido.

El centro penitenciario y su patrona. El Centro Penitenciario de Menorca recibirá a los representantes de las instituciones públicas el próximo viernes, invitados a la celebración anual de la patrona de Instituciones Penitenciarias, la Virgen de la Merced .

Animales exóticos. El Servicio de Protección de la Naturaleza, de la Guardia Civil, no ha investigado la muerte del kanguro que resultó atropellado por un turismo hace una semana en la carretera de Binifabini. El propietario del animal, que residía en una finca de Addaia, posee los permisos vigentes para contar con animales exóticos en ella. El kanguro se le escapó dos veces el viernes, 2 de septiembre, y en la segunda ocasión fue atropellado por un vehículo cuando corría por la calzada causándole la muerte.

Humadera en el comedor de Ca na Marga. Una dotación del parque de bomberos de Maó ventiló y refrescó ayer el comedor del popular restaurante Ca Na Marga, en Fornells, debido a la densa humareda que había provocado la quema de un recipiente de ropa a primera hora de la mañana, por causas desconocidas. Afortunadamente, apenas hubo llamas salvo en el mismo cubo de plástico aunque la humareda causó una gran alarma social entre el vecindario. Los bomberos llegaron a las 10.20 al restaurante y concluyeron poco después de las 12.

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