Joan Cardona Pons, el mahonés condenado en noviembre de 2014 a tres años de cárcel por un delito de agresión sexual, deberá cumplir al menos una cuarta parte de su condena, esto es nueve meses, antes de poder solicitar los primeros beneficios penitenciarios, como los permisos de fin de semana, siempre y cuando su evolución dentro de la prisión sea la correcta.
Es la regla general para casos ordinarios y penas inferiores a cinco años, según la normativa penitenciaria, pero que como punto de partida fundamental debe contar con la aceptación de la comisión del delito por el reo, reconocer la culpa para llegar al arrepentimiento e iniciar el camino de la resocialización, algo que en casos como el de Cardona, que siempre proclamó su inocencia «les cuesta mucho», explica un abogado penalista consultado «y si no reconocen la culpa, tener beneficios es difícil».
El joven menorquín comenzó ayer a cumplir su condena en una cárcel catalana, el Centre Penitenciari Els Lledoners, a 70 kilómetros de Barcelona en la carretera de Manresa a Solsona, en una localidad llamada Sant Joan de Vilatorrada. El ingreso se produjo por la tarde, alrededor de las 19 horas, y su familia, que confirmó la notificación de la entrada en prisión, estuvo acompañando a Joan Cardona en esos momentos complicados, para los cuales se venía preparando incluso con apoyo de psicólogos.