La conductora, al volante de un Citroën C3 fue perseguida por una patrulla de la Policía Nacional que le dio el alto en la Costa de Ses Voltes y avisó a la local para que le practicara el test de alcoholemia. Este reveló una tasa de 0,79 miligramos de alcohol por litro de aire espirado por lo que será imputada por un delito contra la seguridad vial además de una sanción por circular en dirección contraria.
Avisada la Policía Local, el conductor, de nacionalidad española, arrojó una tasa de 1,05 miligramos de alcohol por litro de aire espeirado, por lo que le fue requisada la moto y él conducido a la central para completar las diligencias.
Al menos en Mahón los cogen. En Ciutadella es más fácil encontrarte por la calle a un Yeti que a un policía.