Un total de 616 kilos de droga incautada en Balears en los últimos dos años ardieron ayer en la incineradora de Son Reus, en Mallorca. La mayor parte de las sustancias era marihuana, cocaína y hachís. La droga destruida está valorada en tres millones de euros.
La delegada del Gobierno, María Salom, se desplazó al Parque de Tecnologías Ambientales de Mallorca (TIRME) junto con mandos de la Policía Nacional, Guardia Civil y el director del área de Sanidad Exterior de la Delegación, Raúl Izquierdo, para presenciar la incineración de 420 alijos aprehendidos entre 2016 y 2017.
Los estupefacientes quemados sumaban 1.283 decomisos: 590 de marihuana, 270 de cocaína, 227 de hachís, 180 de éxtasis y 16 de heroína. La mayoría de los alijos fueron intervenidos por la Policía Nacional y la Guardia Civil. El resto, ente agentes de aduanas de la Agencia Tributaria, Policías Locales y centros penitenciarios.
Con esto lo único que se consigue es que ahora los narcos tengan que recuperar el dinero perdido y traigan el doble. La guerra contra las drogas es demostradamente absurda. Regulación ya como en Portugal, ese país al que no prestamos atención a pesar de compartir frontera.