El abogado de la Comunidad Autónoma, Aitor Durán, y el fiscal del caso, Íñigo Gorostiza, han recurrido ante la Audiencia contra la sentencia que absolvió al taxista de Ciutadella acusado de arrollar a su expareja en la plaza de Ses Palmeres el 22 de agosto de 2019 tras haber mantenido una discusión dentro del vehículo. El letrado solicita la nulidad del fallo y el fiscal la extiende al juicio oral por lo que pide una nueva composición del órgano de primera instancia para la repetición de la vista.
El recurso ante la Audiencia presentado días después del fallo decretado por el magistrado juez de lo Penal de Maó, Antonio Miguel Fernández-Montells, el 1 de septiembre, sostiene que no se valoraron las pruebas testificales y documentales omitiéndose hechos probados de relevancia. El hombre, de 41 años, estaba acusado de un delito de violencia doméstica, igual que la mujer por otro episodio anterior el 10 de agosto en el que ambos se agredieron, y de lesiones causadas en el atropello que, según concluyó el magistrado fue involuntario, aunque la inocencia del acusado tampoco se había demostrado adecuadamente.
Existen, señala el recurso, elementos probatorios que acreditan las agresiones sufridas por la víctima, como los partes de lesiones graves que supusieron diversas fracturas y una larga recuperación, además de la declaración de testigos de varios policías y vecinos que acudieron a socorrer a la mujer tras el atropello y escucharon sus gritos. Del mismo modo se refiere a su propio testimonio en la fase de instrucción, aunque en el juicio se negó a declarar y retiró su acusación.
El abogado también estima incongruencia en la sentencia. Señala que por un lado indica que cuando el taxista arrancó el vehículo para marcharse del lugar no se dio cuenta que la mujer se había puesto debajo del coche, motivo por el cual las ruedas le pasaron por encima. Sin embargo, en la fundamentación jurídica indica que después de arrancar el coche es cuando se da cuenta que se encontraba debajo. Entonces lo detuvo, se bajó, le preguntó qué hacía, a lo que ella respondió que le quería hundir y comenzó a chillar y pedir socorro.
Concluye el recurso que no puede descartarse la intencionalidad del taxista para atropellar a la mujer después de la discusión en la que ambos se agredieron y ella se negara a salir del vehículo cuando él debía marcharse para realizar un servicio. La sentencia ha incurrido en un error de derecho, estima el abogado, ya que concurren todos los elementos del referido delito de lesiones, además de la omisión de valoración de pruebas.