El joven británico de 18 años, detenido el pasado domingo a su llegada al Aeropuerto de Menorca, tras haber escrito en una red social que iba a explotar el avión que le trasladada desde Londres a la isla porque era un talibán, pudo regresar el viernes por la tarde a su país.
La jueza del Juzgado de Instrucción número 2 de Maó, Belén Velázquez, aceptó la petición de su abogada, Margarita Quintana, para que le devolviera el pasaporte y le dispensara de tener que presentarse cada quince días en un juzgado del territorio nacional, lo que le obligaba a permanecer en este país.
A la espera de que la Audiencia Nacional, a la que se ha trasladado la causa determine si continúa adelante con la instrucción o la transfiere a la justicia británica, el acusado ya se encuentra en su domicilio londinense tras haber pasado la última semana en el hotel de Cala en Blanes que tenía reservado con sus amigos.
El viernes, acompañado por su madre, abonó la fianza de 10.000 euros que le impuso la jueza el martes para evitar su ingreso en prisión.
El acusado de desórdenes públicos con afectación a la seguridad nacional puede enfrentarse al abono de una responsabilidad civil en torno a los 150.000 euros por los perjuicios ocasionados con la broma que escribió en la red social Snapchat. En cumplimiento de los protocolos de emergencia y seguridad que tuvieron que activarse al detectarse la amenaza, las fuerzas aéreas españolas pusieron en el aire dos aviones caza F18, desde la base de Zaragoza, que escoltaron al avión de Easyjet en el que viajaban el joven y sus amigos, hasta su llegada a Menorca. Solo ese operativo ya costó en torno a los 100.000 euros.