Ocho incendios en diferentes plantas y empresas dedicadas a la gestión de residuos de la Isla en solo siete años son muchos, quizás demasiados. Tres, además, han ocurrido en la más importante de todas ellas, dependiente de la administración y ahora en el punto de mira por la gestión de los restos que llegan hasta allí, el Centro de Tratamiento de Milà.
Otros dos incendios han sucedido en la empresa J. Taltavull, en Ciutadella; una en Alarcón Cuadros, de desguace de automóviles, en Es Castell; una más en Triatges Menorca, en Alaior; y por último, el más trascendente de todos, en la planta de tratamiento integral de voluminosos (TIV), que era propiedad de Caritas, en Maó, y quedó destruida por completo.
Se trata de instalaciones que pueden resultar proclives a que la combustión por la fermentación de residuos haga saltar las chispas que declaren un fuego, si no son de origen eléctrico o intencionados. Sin embargo, por este mismo motivo, el cumplimiento de las normativas de seguridad debe hacerse con el máximo rigor, lo que no parece que siempre suceda a la vista de la sucesión de siniestros de esta naturaleza.
Residuos triturados, maderas y virutas acumulados en varias capas superpuestas pueden llegar a generar el proceso que acabe en incendio. Esa es la razón más recurrente en la mayoría de los casos, en los que no se ha podido ofrecer ninguna otra explicación porque no se han encontrado otras evidencias. La otra causa esgrimida, en ocasiones, es la presencia de objetos susceptibles de provocar el fuego como esprays, bengalas, baterías... que no han sido detectados a partir de la mala selección que se origina en la que se hace en cada casa.
Las montañas de residuos no deberían ser tan voluminosas y estas tendrían que estar delimitadas por cortafuegos, dijo Joan Gorrías, exjefe de bomberos de la Isla tras los fuegos declarados en Triatges Menorca y Milà hace seis años. Cuando más grande son las montañas más difícil resulta detectar, controlar y extinguir el origen del incendio.
El actual máximo responsable del servicio del Consell, Joan Rosselló, estima que la sectorización de las plantas de la Isla es correcta, «están más o menos bien; claro que empresarios y administración podrían hacer inversiones mayores pero las instalaciones cumplen actualmente con las exigencias de seguridad».
El apunte
«Es muy difícil que no se cuele algo entre tanta basura»
Joan Rosselló, responsable de los bomberos de la Isla, sitúa la causa principal de los incendios en las plantas de residuos «en la acumulación de basura, porque es brutal». Por este motivo «es muy difícil que no se cuele algo entre tanto residuo que pueda provocar un fuego». Rosselló apela al desconocimiento «porque la gente no sabe el peligro y lo que puede suponer una batería de móvil u otro objeto similar lanzado impunemente a la basura, por ejemplo».