Una dotación del parque de bomberos de Maó obligó, el jueves por la mañana, al propietario de una finca en la carretera de Cala Llonga a apagar una quema controlada de rastrojos por el peligro de propagación que presentaba.
El hombre estaba incumpliendo la normativa, puesto que las quemas controladas están prohibidas en suelo forestal hasta el 15 de octubre. Para realizarlas a 500 metros de distancia, se precisa una autorización de Medio Ambiente, de la que carecía. El infractor se enfrenta a una sanción administrativa.
4 conatos de incendio
Por otro lado, la temporada de alto riesgo de incendios forestales se ha cerrado en Menorca con solo cuatro conatos. Ha sido la más baja en Balears, con 10,5 hectáreas incendiadas.