«Fue una simple discusión por un móvil, que ya venía del día anterior, y que acabó en una pelea sin más». Ese fue el testimonio generalizado que ofrecieron ayer en el juicio cuatro de los cinco acusados por una reyerta dividida en dos partes, ocurrida el 7 de mayo de 2022 en la calle Ramón yCajal, de Maó, y en los pasillos del Hospital Mateu Orfila, más tarde.
Los cuatro –el quinto no se presentó a la vista–, cambiaron su versión respecto a lo declarado en la fase de instrucción. Nadie vio ningún cuchillo, y el joven que había recibido tres pinchazos de otro de los acusados en el brazo y muslo izquierdos y en el hombro, también izquierdo, admitió que sufrió algunas heridas pero dijo no recordar cómo se las había producido.
A pesar de las declaraciones evasivas de los cuatro inculpados, tres de ellos, de origen magrebí, por el delito de robo con violencia, y el otro, español, por dos delitos de lesiones, el fiscal se remitió a lo que dijeron en la fase de instrucción. En esta constan además los informes médicos y policiales que recogen la violencia de la reyerta, el reguero de sangre en la calle, y la utilización del arma blanca por parte de uno de ellos cuando los otros quisieron arrebatarle el teléfono móvil, en un momento en el que paseaba junto a su pareja.
El fiscal sostuvo la petición de seis años de prisión para el joven de nacionalidad española, y de un año y nueve meses de cárcel para los otros cuatro acusados, por el delito de robo con violencia.
La abogada y el letrado de los cuatro jóvenes, de entre 19 y 23 años, pidieron la libre absolución de sus representados en función de lo que acababan de declarar. También se refirieron a que ninguno de los testigos admitió haber visto el arma blanca. «Entre todos se pegaban pero no vi ningún cuchillo», coincidieron todos ellos.