Se mantienen al alza los robos con fuerza en establecimientos abiertos al público fuera de los horarios de apertura en el centro de Maó, que ya están causando desasosiego y creciente preocupación entre los comerciantes por la sucesión de estos actos delictivos en las dos últimas semanas, sin que por el momento se haya podido detener a los delincuentes.
La preocupación estriba no tanto en el botín que consiguen sino en los desperfectos que ocasionan y la sensación de inseguridad que tienen, principalmente, los propietarios de tiendas y locales de restauración.
Los dos últimos robos ocurrieron en la madrugada del miércoles, entre las 5 y las 6. Primero fue en el restaurante Cala Bella, en la calle Bonaire, y poco después otro que quedó en tentativa, en el bar Can Xavi, en la plaza Bastió, esquina con s'Arraval. En todo caso, en este último restaurante, aunque el ladrón no llegó a forzar la puerta para entrar en el local, sí que destrozó literalmente la verja que la protegía al doblegarla por completo por su parte inferior. El asaltante, solo o en compañía, debió de utilizar herramientas pesadas para conseguir alterar la verja metálica.
La responsable del local explicó a este diario que es la tercera vez que intentan entrar en el edificio en los últimos días, aunque las otras dos lo habían hecho forzando la puerta de la vivienda que está junto a la del local, en la misma plaza.
En cuanto al robo en el establecimiento de la calle Bonaire, en la zona peatonal, su propietario constató que, además de romper parte del cristal de la puerta para sacarla de las guías y acceder al interior, se habían llevado unos 200 euros de la caja, dos teléfonos móviles y una tablet. En su huida, al ladrón se le cayeron varias botellas de licor que también había robado y que quedaron hechas añicos frente a la puerta del local.
La Policía Científica de la Policía Nacional tomó huellas en ambos establecimientos para tratar de dar con el asaltante, cuya silueta se apreciaba en la grabación de la cámara de uno de los locales.
Los dos robos se unen al del pasado lunes en la relojería Relotek, en la Costa Hannover, a escasos metros de uno de los restaurantes violentados ayer. La semana anterior también entraron en otro local de restauración del Camí des Castell y en un estanco de la calle Sant Manuel, aunque son más los robos de estos últimos días que no han trascendido, algunos de ellos en viviendas de particulares.
La Policía Nacional investiga
La Policía Local se remitió este miércoles a la Policía Nacional para valorar esta creciente ola de robos en el centro histórico de la ciudad, pero el Cuerpo Nacional declinó cualquier comentario al respecto. Se trata, argumentó un portavoz, de no entorpecer la investigación que se está siguiendo. Este miércoles, en principio, algunos vecinos del centro especulaban con la posible implicación de los moradores de una casa okupada en una calle próxima a la plaza Bastió.