La Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía, en Maó, ha abierto una investigación para esclarecer las extrañas circunstancias en las que una joven alumbró el martes por la mañana a un feto, sin vida, en el baño de su casa, en la misma ciudad.
El tamaño del embrión coincidía con el de un avanzado periodo de gestación, de entre 7 y 8 meses, aunque al parecer la joven habría explicado a los médicos y técnicos sanitarios que la atendieron en ese estado de confusión, que desconocía hallarse embarazada. La misma información ofreció su pareja, que estaba junto a ella cuando fue atendida en su domicilio.
Fue sobre las 10.30 cuando la joven, de 22 años de edad y nacionalidad española, junto a su novio, dieron aviso al 061, al parecer, por una indisposición que le estaba provocando un sangrado. La asistencia sanitaria de urgencias desplazó una ambulancia de soporte vital básico hasta el domicilio indicado pero cuando los técnicos sanitarios llegaron a la vivienda comprobaron que no se trataba de los restos de un aborto que traían aparejado el sangrado sino que la mujer había expulsado al feto, presumiblemente, cuando se había sentado en el inodoro puesto que el embrión se encontraba todavía en su interior.
La mujer fue trasladada al Hospital Mateu Orfila para recibir las atenciones precisas y quedó ingresada.
El apunte
Ya era irrecuperable cuando llegó la UVI móvil
Minutos después de que se personaran en la casa los técnicos sanitarios de la ambulancia de soporte vital básico, acudió otro vehículo del 061, en este caso una UVI móvil, requerida por los mismos servicios sanitarios que habían llegado en primer lugar. El médico y los enfermeros de la ambulancia de SVA constataron que el embrión expulsado por la joven madre ya era irrecuperable después de que el alumbramiento se hubiese consumado con la salida de la placenta. La Policía Nacional investiga si pudo haber ocurrido algún tipo de negligencia en la responsabilidad de los padres.