La Policía Local detuvo el pasado sábado por la mañana a un hombre de 43 años tras la denuncia por acoso continuado de una vecina de su mismo edificio en la calle Roca i Vinent, de Maó.
Los agentes le detuvieron en su domicilio cuando el hombre se hallaba nervioso y tenía un cuchillo en la mano que depuso ante la indicación de los policías.
La mujer explicó el estado de pánico por el que había pasado cuando el hombre había aporreado la puerta de su casa tras intentar forzar la cerradura con el cuchillo que portaba. Finalmente el hombre, de nacionalidad marroquí, había clavado el cuchillo en la puerta al tiempo que gritaba palabras incomprensibles.
La mujer, de 38 años, informó a los agentes que ya le había denunciado en otra ocasión al sentirse acosada por este vecino que la aguarda en zonas comunes en las que hay poca luz en el edificio, de ahí su permanente intranquilidad.
El detenido admitió que había estado ante la puerta de la vecina y, tras ser atendido por los técnicos sanitarios de una ambulancia del 061, se decidió su traslado al Hospital Mateu Orfila, bajo custodia policial, para una evaluación psiquiátrica.
Quizá nos hemos pasado de progres, buenrollistas, woke o como se quiera llamar. Luego la gente se rasga las vestiduras que suba un Trump diciendo que va a acabar con esta historia. Tampoco debería extrañarnos tanto.