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Octogenarios al volante

Dos veteranos conductores menorquines defienden que en España no se imponga un límite de edad para circular

Doro Gelabert. A sus 84 años, confiesa que tiene planeado seguir conduciendo «mientras no me quiten el carné» | Javier Coll

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Según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico, aproximadamente un 12 por ciento de los conductores españoles son mayores de 65 años. En España no hay edad de 'jubilación' al volante siempre y cuando los conductores se sometan periódicamente a las revisiones médicas para renovar el carnet.

Pero debido al constante envejecimiento de la población, cada vez es más común encontrar en la carretera con conductores que superan los 70 e incluso los 80 años. Cristòfol Bosch, de Ciutadella, cuenta ya 81 primaveras a sus espaldas y han pasado 47 años desde que sacó el permiso de conducir. «Utilizo el coche a diario, sobre todo para ir al huerto, me gusta conducir», confiesa Bosch, quien reconoce con el paso de los años se van perdiendo algunas facultades, pero en su caso se ve «perfectamente capacitado» para seguir manejando su furgoneta.

El octogenario de Ciutadella, que recientemente renovó su permiso, figura entre quienes defienden la normativa actual, esa que no pone un límite edad. «Yo no tengo problemas de salud; no considero que se deba prohibir a nadie conducir si se encuentra con buenas facultades», reconoce este conductor que se ve con posibilidades de seguir al volante, sin pisar demasiado el acelerador, durante unos cuantos años más. Hay, dice, quien le recomienda que vaya en autobús, pero él va a lo suyo: «Yo con el coche voy a Maó, a Monte Toro o a donde sea», sentencia.

Con el mismo espíritu, y tres años más (84), se pronuncia desde la otra punta de la Isla, en Maó, Doro Gelabert. «Mientras no me lo quiten, seguiré conduciendo», bromea aferrado a su furgoneta. Lo de estar frente al volante es algo que siempre le ha gustado, tanto que lo hacía incluso antes de que se sacara el carné, una fecha desde la que ha transcurrido algo más ya de medio siglo. Rememora Doro como trabajaba de ayudante en un camión y que fue cuando su compañero, el conductor, cayó enfermo que se sacó la licencia pertinente.

Gelabert defiende también que no haya un límite de edad. Dice que en su familia están contentos de que sea lo suficientemente independiente para seguir moviéndose en su furgoneta. La única diferencia con respecto a hace unos años es que ahora lleva gafas para sentirse más seguro. Actualmente, coge el coche a diario, y a veces se aventura a desplazarse hasta Ciutadella. «Es la persona la que tiene que saber cuando dejarlo», afirma para zanjar cualquier tipo de polémica.

Y es que al final la experiencia, y la prudencia, es un grado. En ese sentido, la Fundación Línea Directa ha desmontado el mito de que los conductores veteranos sean menos seguros. Según un informe publicado, los mayores de 65 años tienen hasta cuatro veces menos accidentes que los menores de 25.

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