Maó sigue haciendo camino hacia su fiesta grande y este sábado cumplió con la tradición de visitar la ermita de la Mare de Déu de Gràcia, lugar al que la romería, que había partido puntualmente desde la Plaça Constitució a las 17.30 horas, llegó cuando faltaban cinco minutos para las siete y media de la tarde.
Hasta allí se desplazo, disfrutando de un animado ambiente, un buen número de personas; una comitiva encabezada por la Colla de Geganters de Maó, con una pareja de gigantes de Llumaçanes, que bailaron durante todo el camino al son marcado por la Banda de Música de Maó. Carros, caballos y romeros ataviados con las clásicas vestimentas menorquinas participaron de una fiesta a la que también se encargó de aportar el toque folclórico el grupo Es Rebost, acompañado por el Grupo de Ball de Gitanes de Martorelles, formación invitada que se desplazó desde Barcelona,
Una vez en la ermita, donde fueron recibidos por el capellán Joan Miquel Sastre, rector de la parroquia de Santa Maria de Maó, se procedió a entonar el «Ave María» para finalizar la ceremonia con la tradicional ofrenda floral.