El del Ciutadella Walking Festival no es un camino de corto recorrido. La apuesta de su principal promotor, el Ayuntamiento de Ciutadella, es conseguir con el paso del tiempo un evento en torno al mundo y la filosofía del senderismo que se consolide en el calendario otoñal, ocupando el hueco que deja la temporada baja.
Tras contar con un aceptable arranque en 2018, pese al mal tiempo y el apagón eléctrico, la segunda edición ha disfrutado este fin de semana de un espléndido tiempo para recorrer diferentes rutas por los caminos de Ciutadella, pero en esta ocasión no se ha logrado igualar la participación del año pasado, que rondó el centenar de personas.
Desde la organización, no obstante, hacen una lectura positiva. «Ha habido menos senderistas, pero en cambio ha aumentado el número de participantes que se han desplazado desde fuera de la Isla», argumente uno de los guías del festival, Ralf Freiheit, en una valoración previa antes de que diera comienzo ayer la últimas de las rutas de la jornada de clausura.