Si pensaban que lo habían visto todo este verano en diseño de yates de lujo en el puerto de Maó, estaban equivocados. Este domingo ha hecho su entrada el «Aquijo», un espectacular velero hecho en aluminio que impresiona con sus 86 metros de eslora y dos enormes mástiles para desplegar el aparejo de velas que se alzan por encima del acantilado de la ciudad.
Una silueta imponente que deja pequeñas al resto de embarcaciones. De hecho está considerado uno de los cinco veleros más grandes del mundo y, a diferencia de otros superyates de última generación, es perfectamente capaz de desplazarse solo con el impulso del viento. Sus velas no son, por tanto, un complemento decorativo.
Obra de dos de los astilleros holandeses más prestigiosos, Oceanco y Vitters, el «Aquijo» se construyó en el año 2016 y es propiedad del empresario siderúrgico alemán Juergen Grossmann, el fundador de GMH Gruppe, aunque también se ofrece en alquiler como chárter de lujo para quien no quiera preocuparse del mantenimiento de una embarcación durante todo el año. La tarifa establecida es de 450.000 euros por semana. Se estima que el valor de mercado del velero ronda los 100 millones de dólares.
Como no todo va a ser tomar el sol en la cubierta o bañarse en uno de sus jacuzzis con una copa de champán, el velero también cuenta con una biblioteca y una sala de cine. Tiene capacidad para alojar a 12 pasajeros con una tripulación a su servicio de 17 personas.
Este es el segundo año que el «Aquijo» se deja ver por el puerto de Maó.