El camino iniciado por Menorca hacia la atracción de un turismo de calidad, medido con el parámetro de los recursos económicos de que dispone cada visitante, ha vivido esta última semana un episodio relevante con la presencia de una docena larga de miembros de la realeza catarí en el verano insular. Según las diversas fuentes consultadas, los seis príncipes y siete princesas han pasado nueve días de vacaciones en Menorca. Serían los hijos del emir del país árabe del Golfo Pérsico, el jeque Tamim bin Hamad Al Thanidel, y sus tres esposas.
La expedición habría llegado el 1 de agosto en avión privado al Aeropuerto de Menorca. Los distinguidos visitantes y su séquito se instalaron en el Hotel Villa Le Blanc de la urbanización de Sant Tomàs, en Es Migjorn Gran, todo un cinco estrellas de la cadena Meliá, donde alquilaron unas quince habitaciones. A pesar de tan gran despliegue humano, los cataríes se han caraterizado por una gran discreción en sus movimientos por la Isla. De hecho, han llamado poco la atención pese a sus constantes salidas con seguridad privada.
La tarde de este miércoles los príncipes y princesas del pequeño país asiático emprendieron el viaje de regreso de nuevo en un avión privado, que despegó pasadas las cinco de la tarde. Varias furgonetas los trasladaron al avión Gulfstrem G650ER, con matrícula de Catar, operado por la empresa Qatar Executive.