El festival de Street Art comenzó como algo experimental pero, verano tras verano, se ha convertido en toda una seña de identidad en Ciutadella. Desde hace unas semanas, la ciudad se encuentra en una situación de work in progress con diferentes obras artísticas en marcha. Un formato, recuerda Illa Marquès, gerente de Ciutadella Antiga, la entidad organizadora, «muy definido» gracias a la experiencia acumulada a lo largo de trece ediciones.
Entre las cerca de medio centenar de propuestas que se han presentado a la convocatoria, la organización ha seleccionado una treintena que acabarán de tomar forma y color a lo largo del presente mes. Hay espacios que repiten y otros que se suman, artistas que debutan en el festival y otros que regresan. Entre estos últimos figura Miguel Carretón. «Siempre es un reto» participar en este tipo de eventos, reconoce. Principalmente «porque no estoy acostumbrado a pintar directamente en la pared», apunta el ilustrador, para quien el Street Art implica «un esfuerzo para salir de la zona de confort».
También cuenta con experiencia en el festival el ilustrador y arqueólogo Andreu Torres, quien reconoce disfrutar mucho con este tipo de actividades. «Creo que es un proyecto interesante porque permite enseñar el arte de una forma divertida y en lugares donde habitualmente no se muestra», señala. Y además es una forma muy directa de darse a conocer, aunque reconoce que unos espacios tienen más visibilidad que otros. Este año está contento porque le ha tocado una de las paredes del Teatre des Born, donde está trabajando en obras relacionas con la esencia del edificio.
Entre las artistas con una trayectoria más dilatada en el marco del festival figura Judit Gorrias, que este año ha dejado su huella bajo el arco de la Plaça Nova. Esta es la sexta edición en la que participa, «y siempre es una experiencia única, porque es una forma de conectar con la gente de manera directa y sin intermediarios». Añade al respecto que el arte en la calle «tiene ese poder de ser democrático y accesible para todos». Por otra parte, considera que «me da la oportunidad de expresarme libremente y, a la vez interactuar con el entorno, con la gente que pasa por allí, y eso le da un valor extra a la obra».
Luis Moreno figura con nombre propio en la familia del festival. Aceptó la primera invitación y ahora se ha convertido «en una acción que me gusta y disfruto. Es un pequeño giro a mi actividad diaria como diseñador, pero al fin y al cabo es creatividad. Y esta se puede aplicar en cualquier campo al que te dediques», sostiene.
Diferentes propuestas conviven en el Street Art, desde las puramente decorativas a las que ponen un toque de humor o invitan a reflexionar. Por el discurso diferente, este año cabe reseñar la intervención del ilustrador Lluís Izquierdo, también conocido como ‘Agafat amb pinces’, quien ha convertido en instalación artística el desperfecto en la fachada de Casa Sa Petitona provocado por los continuos golpes del tráfico. «Frente al constante hecho y nula solución, optamos por transformar el daño en una declaración visual, convirtiéndolo en una intervención artística que dialogue con el espacio público», relatan.
Habra que ir a verlo. Todo lo que sea cultura es bien venido a Menorca.