La procesión de la Virgen del Carmen en el puerto de Maó atrajo a numerosas embarcaciones de recreo, en un paseo desde la Estación Naval hasta el Llatzeret. Allí, cerca del histórico monumento, que a menudo se relaciona con el dolor de quienes en el pasado sufrieron las cuarentenas, se depositó en el mar un ramo de flores en memoria de los que han perdido la vida en el mar. Hace años se llegaba hasta la bocana, donde en el fondo hay una imagen de la Virgen que dejaron submarinistas del Club Marítimo hace más de 50 años.
Antes de iniciar la procesión se celebró una misa en los muelles de la Estación Naval, baja una carpa con 250 sillas, que resultaron insuficientes. El obispo de Menorca, Gerard Villalonga, presidió la celebración. Ha contado con la presencia del jefe del Sector Naval de Balears, Javier Núñez de Prado, el comandante de la Base, Federico Pérez Dueñas, el presidente del Consorcio Militar, el coronel Víctor Manuel Herrero, el vicepresidente segundo del Consell, Simón Gornés, el conseller balear Juan Manuel Lafuente, la primera teniente de Alcaldía de Maó, Elena Costa, el alcalde de Alaior, José Luis Benejam, y la alcaldesa de Sant Lluís, Loles Tronch. Las autoridades se embarcaron después, la mayoría en el «Curri V», el barco de regatas del Club Marítimo Mahón, responsable de la procesión marinera.
El obispo y el vicario general, Joan Miquel Sastre, acompañaron la imagen de la Virgen que los marinos subieron a bordo de la «Yankee 182», una embarcación limitar, tipo empujadora de submarinos, se seis metros de eslora. Detrás de ella, navegaron por el puerto un gran número de embarcaciones, de forma libre y sin inscripción previa, la mayoría de recreo, con puerto base en Maó, de residentes y de veraneantes.
La Virgen y sus acompañantes pasaron por la cara norte de la Illa del Rei, llegaron a la Illa Plana, en el Llatzaret invirtieron el rumbo para parar delante de Calesfonts. La segunda parada fue delante de la cara sur de la Illa del Rei donde los voluntarios cantaron la «Salve marinera». La tercera fue frente a Ses Voltes y en el Club Marítimo.
Desde hace unos cinco años las embarcaciones profesionales de pesca no participan. La recomendación de que debían con un chaleco salvavidas por cada ocupante y la dificultad de incorporar a la tripulación en un festivo, les desmotivó. Ayer, los Yellow Catamarans tampoco participaron, lo que no deslució un gran ambiente marinero.
la "yanki" ( barca de la virgen) tiene su mérito , en el 88 ya estaba en la estación naval y era un barco viejo.