La Mostra de Cuina Menorquina ya tiene sus fogones a punto para celebrar desde este viernes y hasta el 5 de octubre una nueva edición. Será ya la número dieciséis de un proyecto impulsado desde sus inicios por la Asociación de Restaurantes de Menorca (CAEB) y organizado por Restauració Menorca, entidades que cuentan con José Bosch al frente. Este reconoce con orgullo que la muestra, que este miércoles se presentó a la prensa en Amagatay Menorca, se ha convertido «en el evento de referencia» en el mundo de la gastronomía insular «por participación, por años de experiencia, por calidad y por la variedad que ofrece».
Un modelo muy consolidado que los organizadores vienen puliendo desde 2009, cuando la coyuntura en la Isla era bien diferente. Se apostó por celebrarla en el mes de septiembre con el propósito de intentar echar un cable al sector e intentar alargar la temporada. Pero con el transcurso de los años y una mayor afluencia de público, los organizadores decidieron dar el paso de ampliar la cita de los 10 días iniciales a los 17 actuales.
Ello ha ayudado a que el proyecto siga creciendo y apostando por nuevas estrategias. Si desde hace un tiempo ya se había decidido realizar presentaciones de la muestra en Mallorca, como mercado potencial, este año, como gran novedad, los organizadores ofrecen paquetes turísticos para viajar desde la isla vecina.
También ha ido aumentando con el paso de las ediciones el número de restaurantes que participan, sin bajar de la treintena en los últimos años. Este año serán 33 los que ofrecerán menús. «Prácticamente estamos en todas las poblaciones de la Isla», explica Bosch, quien se muestra muy satisfecho también con el hecho de que haya cada vez más entidades colaboradoras y patrocinadores, algo que «confirma el interés que hay por participar y que la gente cree en el proyecto».
Con dieciséis años de experiencia se ha conseguido, reconocen desde la organización, que se hable más y mejor de la gastronomía menorquina. Sostiene Bosch que es muy difícil, «aunque algún caso hay», que un turista venga a la Isla solo por la gastronomía, pero puntualiza que se trata de un elemento decisivo «entre aquellos posibles visitantes que se debaten entre un destino u otro».
Aunque la muestra no está planteada como un atractivo turístico en sí, sino más bien orientada a los intereses de un sector empresarial con una proyección que también apunta al consumidor local, que tradicionalmente ha respondido muy bien a la oferta del evento. El mejor ejemplo, confiesa Bosch, es la expectación que se genera cada verano con la publicación digital de la revista en la que se informa de la oferta de la muestra: «La gente lo espera con ansia para poder planificar algunas rutas».