Dos coches de otro siglo que suman 72 años y 273.000 kilómetros. Estamos hablando de automóviles de la marca Seat, un Panda y un Marbella, en fase de puesta a punto para afrontar un reto: participar el próximo febrero en el UniRaid 2026. Una aventura solidaria que consiste en recorrer el desierto de Marruecos durante nueve días conduciendo vehículos con más de veinte años de historia. Ambos coches pertenecen a la escudería Dune-X, de la que forma parte el menorquín Joan PonEs Pons junto a tres amigos de Catalunya: Raúl Rodríguez, Alex Parra y Pol Lahiguera.
Todos ellos son estudiantes de ingeniería industrial, ahora cursando un máster, y recuerdan cómo coches como los que ahora van a pilotar se exponían en su universidad para promocionar ese tipo de pruebas. «A todos nos gusta mucho el motor y muchas veces nos planteábamos probar pero nunca nos atrevíamos, hasta que un día dijimos, ‘bueno, nos compramos un coche y así ya tenemos la obligación de hacerlo». Dicho y hecho.
Relata Pons que hay muchos tipos de raids, pero que se decantaron por UniRaid «porque tiene un fin solidario… Queremos disfrutar de la aventura, pero también ayudar a la gente, eso es muy importante para nosotros». En ese sentido, cabe explicar que las normas de la prueba obligan a que cada uno de los vehículos lleve 40 kilos de material solidario. En el caso de Dune-X tienen planeado cargar los maleteros con ropa, productos de higiene básicos, material escolar y juguetes para los niños, entre otros elementos, que irán repartiendo por las aldeas de la ruta de la prueba.
Lo curioso es que los jóvenes son aficionados al motor «pero no teníamos ni idea de mecánica», confiesa el menorquín, «hemos ido aprendiendo a medida que nos ensuciábamos las manos y quitábamos tornillos». La ventaja, dicen, es que los dos coches tienen el mismo motor «y la misma mecánica, que es fácil, con todo a la vista». El Panda ya está listo y los planes apuntan a que el Marbella lo esté antes de fin de año, con todo a punto para recorrer los cerca de 2.400 kilómetros de la prueba (con principio y fin en Tánger), a los que hay que sumar también la ruta de ida y vuelta desde Barcelona.
Una prueba, recuerdan, que no es una carrera de velocidad, sino un desafío de navegación en el que los participantes deben enfrentarse a la ruta sin GPS, a la vieja usanza, con tan solo un roadbook. La mecánica está en marcha y físicamente, como jóvenes y deportistas que son, se sienten preparados, solo queda trabajar mentalmente el reto y continuar buscando patrocinadores. «Aunque es un proyecto universitario colectivo, también es un reto muy especial para mí por el hecho de participar en una iniciativa con un fuerte componente solidario y educativo», concluye Pons.
La foto está reflejada..Snop Naoj, entonces.