Menorca se ha convertido en la semilla, y en el escenario, de una propuesta poco habitual: «Combinar la investigación en neurociencia, la tradición ritual y el trabajo con la voz para generar una experiencia transformadora». Ese es el objetivo de Metanoia, un taller grupal creador por Tato Sáenz, investigador, músico y terapeuta afincado en la Isla, donde ya se había dado a conocer con anterioridad con ANVO, un proyecto artístico, y de investigación, enfocado a los cantos ancestrales.
La actividad profesional de Sáez tiene diferentes vertientes, y en los últimos tiempos está volcada en la pedagógica a través de la organización de talleres como Metanoia, que estrenó el pasado noviembre en un paraje natural de la Isla y repitió a principios de este mes en Mallorca. Propuesta que no solo ha despertado interés a nivel local, sino también internacional, ya que se han sumado personas desde países como Alemania, Irlanda, Italia, Armenia, Estados Unidos o Inglaterra.
Un proyecto que seguirá echando raíces en Balears y que se está empezando a preparar, relata Sáenz, para viajar a otros territorios de la Península y establecer vínculos para colaboraciones puntuales en destinos como Egipto, Nuevo México o Italia. Citas en las que el protagonismo recae en la voz como herramienta principal y versátil.
«Mucha gente llega pensando que viene a cantar y se va habiendo vivido una experiencia que no tiene nada que ver con cantar bien», puntualiza Saénz. «Trabajamos con la voz desde su comprensión como medicina: sonido, respiración y cuerpo para cambiar la realidad de lo que sentimos y pensamos».
Y es que detrás de este taller que empieza a despegar, hay años de estudio en diferentes campos, entre ellos el de la las tradiciones ancestrales, por parte del investigador con su particular «Método de Canto Reintegrativo». Una herramienta, explica, que propone la voz como un mapa de la persona. «A través del sonido se pueden detectar patrones de bloqueo, miedo o autoexigencia y también permite abrir nuevas formas de habitar el cuerpo», destacan desde Metanoia.
«Hay participantes que se sorprenden cuando, después de emitir ciertos sonidos, se dan cuenta de que han tocado memorias que ni siquiera sabían que estaban ahí», explica Sáez, quien defiende que «la voz lo cuenta todo: la respiración, el tono muscular, la historia que llevamos dentro».
Balears está jugando un papel clave en el proyecto «por su paisaje y energía... En Mallorca y Menorca estoy encontrando el entorno perfecto para experimentar. La naturaleza, la calma y la mezcla de culturas hacen que la gente venga muy predispuesta a probar algo distinto», concluye el músico e investigador.