Una de las enfermedades que podría denominarse hija de nuestra sociedad moderna es el estrés, definida como una tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. En muchas ocasiones se asocia a la carga intensa de trabajo y de ella hemos oído hablar mucho estos últimos días a causa del conflicto de los controladores aéreos. Pero según diversos estudios este mal, junto a la depresión, está atacando también con fuerza al otro extremo de la cuerda, a los que precisamente no tienen la oportunidad de tener una estresante vida laboral. Son los parados.
En Menorca se ha superado ya la barrera de los 7.000 desempleados y se calcula que de ellos unas mil personas van a dejar de cobrar la ayuda de los 426 euros, que aportaba el Gobierno a través del llamado PRODI. Las perspectivas no son nada buenas y los sindicatos ya auguran un problema de grandes dimensiones. ¿Con qué estado de ánimo se van a enfrentar los afectados a esta medida? Para mí, esto también es motivo de estado de alarma.