Sirva de experiencia el capítulo más triste del deporte insular de la era contemporánea, junto a la también disolución del Menorca Bàsquet, lo sucedido ayer con el Sporting Mahonés. La creación de un nuevo club, que en esencia será el mismo, tiene efectos colaterales que afectan a mucha gente aunque vaya a permitir mantener encendida la llama del fútbol en Bintaufa. Se trata de una solución habitual aunque no deje de ser lamentable. Osuna dejó ayer demasiados interrogantes abiertos a propósito de la opaca gestión de Segarra que deberían ser despejados por respeto a socios y afectados.
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