Los campeones se hacen, no surgen de la nada porque es indispensable cincelar el talento natural a partir de un trabajo diario, sacrificado, constante.
Ese esfuerzo íntimamente ligado al carácter de los ganadores anida en el corazón generoso de Albert Torres, cuyas lágrimas en Cali conmovieron a cuantos han seguido su progresión desde que hiciera las maletas a edad muy temprada para responder a sus inquietudes sobre la bicicleta.
Albert se convirtió en Colombia en el primer campeón del mundo senior en la historia del deporte menorquín. Palabras mayores.