Hace un par de semanas recibí una convocatoria desde el Antic Motor Club de Menorca, en la cual invitaban a participar en la bendecida de vehículos por San Cristóbal, patrón de los conductores, cuyo acto se celebró el mismo día del Patrón, en la población de Es Migjorn Gran. Por cierto, este club aglutina más de doscientos socios de toda Menorca, propietarios de vehículos históricos, o sea, antiguos pero muy bien conservados.
En mi caso particular, es justo y necesario puntualizar, que mi vehículo es un Ford Fiesta, del año 1978, que fue adquirido por mis padres, pagado al contado – unas 200 mil pesetas – conducido por mi padre hasta su fallecimiento el año 1992, con ochenta y un años…por esto, apreciado lector, entenderás que es de un valor sentimental, incalculable y está en perfecto estado de conservación.
Convocatoria – punto de encuentro - a los socios en la entrada de este precioso pueblo menorquín, Es Migjorn Gran, por tener aparcamiento reservado – autorizado por la policía municipal – para que nuestros vehículos históricos pudieran ser visitados por los migjornérs y resto de menorquines, aparcamos y paseo pertinente por sus calles para deleitarnos con los adornos florales.
A las 19:30, con puntualidad británica, comenzó la procesión en honor a Sant Cristòfol; desfile que recorrió muchas plazas y calles del pueblo. A continuación, en la misma plaza de la iglesia, los vehículos fueron bendecidos de la mano del párroco de la villa, Cristòfol Vidal y por el futuro rector de Santa Maria y El Carmen, de Mahón, Llorenç Sales.
Pusimos rumbo a Mercadal, donde está ubicado el local social del Antíc Motor Club de Menorca, ya que habían organizado una bareneta, a base de sobrasada, queso, pan, cocas, refrescos y unos sabrosos melones…un ambiente festivo de amigos, que comparten un mismo fin, estar enamorados de sus históricos vehículos.
Vatuadell cent llamps, era la primera vez que acudía a esta cita, junto con mi esposa, y estuvimos encantados de haber cambiado la costumbre mahonesa de cenar de caragolins, por Sant Cristòfol, por una fantástica bareneta.
Hasta el año que viene, si Dios quiere y nos mantenga saludables a los tres, incluido nuestro Ford Fiesta.