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Apasionante relato de una gafada expedición científica de finales del siglo XIX

Atrapados en el hielo antártico

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El escritor y reportero estadounidense Julian Sancton nos cuenta en Un manicomio en el fin del mundo una de las primeras expediciones científicas de exploración a la Antártida que estuvo plagada de aventuras, contratiempos y situaciones desesperadas. La capitaneó en 1897, el joven comandante belga Adrien de Gerlache, que partió a bordo del barco Bélgica con una tripulación de una veintena de personas de varias nacionalidades entre las que estaban Roald Amundsen y James Cook, quienes más tarde conquistarían el Polo Sur, el primero y el segundo, pretendidamente el Polo Norte.

De Gerlache era miembro de una de las familias prominentes de Bélgica y su misión estaba financiada mediante donaciones privadas y aportaciones del Gobierno. Su proyecto era pasar tres años estudiando el continente helado. Pero desde su partida del puerto de Amberes la misión estuvo gafada y castigada por una serie de pequeñas catástrofes de las que se da buena cuenta en Un manicomio en el fin del mundo.

En marzo de 1898 el barco llegó al punto más al sur que se había alcanzado nunca. El comandante debía decidir entre dar marcha atrás o continuar, poniendo así en peligro la vida de todos. El miedo a perder su reputación ante la opinión pública y la prensa belga peso mucho, según Sancton, en la decisión de seguir adelante. Fue un error. El Bélgica quedó atrapado entre los hielos del mar de Bellingshausen y no pudo salir de allí hasta que pasó un año completo.

El invierno austral, sin nada de luz de día, el frío extremo, la falta de alimentos frescos, el miedo, una extraña enfermedad, la monotonía y los problemas de convivencia causaron entre los tripulantes un descenso generalizado a los abismos de la locura. La odisea del Bélgica amenazaba con convertirse en una de las mayores catástrofes de la historia de la exploración. Solo los más preparados pudieron mantener un poco de cordura en unas circunstancias límites.

Julian Sancton cuenta esta aventura de supervivencia con excelente estilo y un gran pulso narrativo. La historia tiene además una breve prolongación en la que se narra el destino de los tripulantes más prominentes de aquel peligroso e inolvidable viaje de exploración.

Un manicomio en el fin del mundo. La odisea del Bélgica en la Antártida

Julian Sancton

Traducción de David Muñoz Mateos

Editorial Capitán Swing

375 páginas

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