Las moscas y el cambio de tiempo

A las moscas les gusta el sol, como a los turistas, y la miel. Por la noche, pasan el relevo a los molestos mosquitos. A las moscas se les atribuye el don de predecir el cambio de tiempo. La imagen del pasado fin de semana en el mercado agrario de Sa Plaça de Ciutadella parece una prueba que lo ratifica. Cuando se avecina una tormenta, las altas presiones hacen que el vuelo de las moscas sea más pesado y suelen quedarse más rato allí donde se posan, aunque sea en un lugar tan inhóspito como el plástico que protege un sabroso queso de Menorca. Molestan menos pero ofrecen una imagen poco atractiva. Por eso, la sabiduría popular indica que cuando las moscas están más lentas y torpes, más inquietas y pesadas, es que sienten que la lluvia está cerca. Son casi tan fiables como las predicciones de la Aemet.